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Channel: Reeducando a Mamá
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¡¿EN QUE NOS ESTAMOS CONVIRTIENDO?!

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De la mano de Carolina, autora del blogLa Mamá de Mateo, me llega esta desgarradora historia de inhumanidad, maltrato, prepotencia y crueldad extrema. No me puedo creer que esto haya ocurrido, o que incluso esté ocurriendo cada día en nuestros hospitales. Os advierto que leerla puede afectaros muchísimo, pero no podemos permanecer con los ojos cerrados.

¿Quiénes eran esos profesionales de la salud para negar a estos bebés la oportunidad de luchar por sus vidas, por pequeñas que fueran sus posibilidades de supervivencia?

Pero incluso aunque tuvieran razón en sus predicciones de que los pequeños no tenían la mínima posibilidad de sobrevivir: ¿Quiénes eran  para negarles a estos niños una muerte digna en brazos de sus padres? ¿Como es posible que los dejaran morir de frió y soledad en lugar de proporcionarles una muerte cálida, suave, sobre el pecho de su madre o de su padre o de su abuela?

¿Como desearían morir ellos mismos: solos, desnudos y helados sobre una mesa o abrazados por sus seres queridos?

Frente a tanto dolor frío, terrible e inhumano quiero poneros aquí otra historia: La historia del nacimiento y muerte de Kai. También es dolorosa, muy dolorosa,  porque la muerte de un recién nacido siempre es terriblemente dolorosa, pero en este caso hay mucho más que dolor. Hay un Amor inmenso que lo inunda todo. Es increíble como el Amor puede enseñarnos su rostro en un momento tan doloroso y traspasar las fronteras del tiempo y el espacio, inundando a todo aquel que comparte la experiencia de Paloma y su familia frente al nacimiento su bebé, muerto al poco de nacer. Una muerte anunciada pero respetada y digna, en brazos de sus padres, rodeado de su calor y de su amor. Paloma y su familia tuvieron que nadar contracorriente, frente a la incomprensión de la gran mayoría que no entendían la necesidad de pasar por eso. Yo lo entiendo. Lo entendí perfectamente cuando a través de las palabras de Paloma, pude ver la muerte digna, respetada y rodeada de Amor del pequeño Kai.

Todos nacemos y todos morimos. Todos tenemos derecho a un nacimiento digno y respetado, y todos tenemos derecho a una muerte digna y respetada, independientemente de que hayamos vivido 1 minuto o 100 años.

¿ES POSIBLE LA VERDADERA CONCILIACIÓN?

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A través de SINA (Asociación de Apoyo a la Lactancia Materna y Crianza consciente en Valencia) me llegó esta viñeta que representa (más o menos acertadamente: yo quitaría el comentario de las sandalias) uno de mis sueños: la maternidad integrada en la vida social y laboral de las mujeres.

Pero reconozco que, de todas las ideas que suelo exponer en mis artículos sobre conciliación (como Sobre feminismo y bebes, o Eunucas de la maternidad ) esta es la que más incredulidad y controversia crea. ¿De verdad puede una mujer moderna ejercer su profesión con el niño a cuestas? y ¿De verdad vale tanto la pena hacer el esfuerzo que eso conllevaría?

Es bien sabido que si nos trasladamos unos cuantos miles de años para atrás, o echamos un vistazo a otras culturas contemporáneas de las consideradas "primitivas", vemos que las mujeres integraban e integran su maternidad en su día a día con naturalidad. Es una cuestión de supervivencia. Si hay que recolectar, cultivar, pastorear o procesar los alimentos para comer cada día, las mujeres no se pueden permitir ninguna "baja maternal", ni de 4 meses ni de dos años, y desempeñarán su tarea con el niño a cuestas,  adaptando su dinámica a la presencia del pequeño.

También en estas culturas, tal y como explica Jean Liedloff en su libro El concepto del Continumm, el bebé se integra automáticamente en la rutina de su madre sin convertirse en el centro alrededor del cual gira toda la vida de ella. Esto no significa que la criatura no sea importante para ella, o que la quiera menos de lo que nosotras queremos a nuestros hijos, todo lo contrario. Tanto es así, que siempre está presente. Pero ella sigue realizando sus actividades, aunque con el niño SIEMPRE a su lado, en su regazo y con el pecho a su alcance los primeros meses y, más tarde, cuando el niño empieza a gatear y explorar por su cuenta, siempre accesible y a la vista, para que pueda volver a ella cuando lo necesite, en busca de teta, consuelo o mimos.

¿Podemos considerar esta manera de actuar de las madres "primitivas" como la más conveniente para nuestros bebés? En palabras de la misma Jean Liedloff:

"... El nacimiento no puede considerarse un acontecimiento indicador de la terminación del bebé, como si fuera el final de una cadena de montaje, ya que algunos complementos ya han nacido en el útero y otros no funcionarán hasta más tarde. El recién nacido que llega al mundo con la placentera experiencia de haber tenido una serie de expectativas que han sido colmadas en el útero, esperará o, con más exactitud, tendrá la certeza de que sus nuevas expectativas también serán satisfechas.


¿Que ocurre a continuación? A lo largo de decenas de millones de generaciones, lo que ha ido ocurriendo es el trascendental cambio de abandonar el entorno totalmente vivo del interior del cuerpo de la madre para ir a otro entorno exterior sólo parcialmente vivo. Aunque el cuerpo de la madre, que se lo ha dado todo, siga estando ahí, así como sus acogedores brazos - desde que el ser humano tiene las manos libres al andar erguido - el bebé siente el contacto del extraño e inánime aire en su cuerpo. Pero también está preparado para esta sensación; estar en brazos de su madre es para él el lugar esperado, en lo más recóndito de su ser sabe que es su lugar, y lo que experimenta mientras está en brazos es aceptable para su continumm, satisface sus necesidades actuales y contribuye adecuadamente a su desarrollo."

(El resaltado en negrita es mío)



O sea, el habitat natural del cachorro humano es el cuerpo de su madre. Esto parece más esencial cuanto más no acercamos al momento del nacimiento, tal y como nos revela el prestigioso pediatra Nils Bergman en sus estudios sobre la reacción de los bebés prematuros según se les coloque o se les separe del pecho de su madre, o los estudios sobre la herida primal de la psicoterapeuta Nancy Verrier.

Pero también es cierto que tanto en las diferentes culturas actuales, como en muchos mas momentos a lo largo de la historia,  está y ha estado ampliamente aceptado que la figura maternal no tiene por que ser obligatoriamente la madre biológica el 100% del tiempo.  La propia Jean Liedloff escribió:

"Evidentemente, no es necesario que sea la madre biológica la que desempeñe el papel maternal de satisfacer las necesidades del bebé, ni tampoco que la madre sustitutiva sea una mujer o un adulto, excepto en el momento de alimentar al bebé..."

Según Meredith Small en su libro Nuestros hijos y nosotros: 


" Los estudios interculturales muestran también la idea de que el vínculo monotrópico (es decir, un progenitor a la vez vinculado con un bebé a la vez) es una visión limitada de las relaciones humanas. Edward Tronick y otros colegas investigadores han demostrado que un bebé pigmeo efé es atendido por varios adultos ; esta relación niño- adulto puede ser más comunitaria. Durante los primeros cuatro meses de vida estos bebés pasan la mitad de su tiempo con un adulto que no es su madre; además, los amamantan varias mujeres que estén en perido de lactancia. El bebé sabe con claridad quienes son su padres, pero tiene varios adultos de quienes depender. En un sistema social que valora la comunidad por sobre todas las cosas, este vínculo multifacético produce una estrecha red de relaciones sociales: los bebés se apegan a varios adultos y los adultos a varios bebés. "


Parece evidente que existen muchas soluciones a la hora de criar a un ser humano pero ¿Son todas igualmente convenientes? El bebé es una criatura excepcionalmente adaptable, lo que no quita que determinadas condiciones de crianza puedan producir daños irreparables. Un ejemplo extremo serían los casos documentados de bebés criados por animales y que Jean Liedloff describe en su libro:

"La capacidad que tienen los niños que se han criado entre animales de adaptarse a unas condiciones inadecuadas es mucho mayor que la capacidad de cualquier animal de adaptarse al estilo de vida de los humanos. Pero la muerte prematura de la mayoría de estos niños, el sufrimiento padecido después de haberlos capturado y su incapacidad para superponer la cultura humana a la cultura animal ya establecida y desarrollada demuestra también la profundidad con la que la cultura, una vez aprendida, se convierte en parte de la naturaleza del individuo humano."

Por lo tanto, la supervivencia del bebé no garantiza que haya sobrevivido salvaguardando todo su potencial como ser humano. Hay condiciones de crianza extremas en las que el daño provocado puede ser irreparable, ya que lo vivido en el periodo primal determina el desarrollo posterior de esta persona.

Pero ¿Todas las condiciones que se desvíen de la condición teóricamente ideal pueden producir daños?

Como ya he comentado, la neurología, la pediatría y la antropología entre otras disciplinas, nos están demostrando que las condiciones de crianza en el periodo primal determinan poderosamente la personalidad y salud del adulto. Podemos suponer que cada cultura criará a sus bebés para obtener seres humanos adultos con las características necesarias para que la mantengan a lo largo de las generaciones, tal y como vemos en el ejemplo citado por Meredith Small de los bebé efé, cuya prioridad es la generación de adultos que valoren su comunidad sobre todas las cosas. Y ya hace tiempo que Prescott descubrió que el contacto piel con piel de los bebés con sus cuidadores y el afecto con que son criados tienen una poderosa influencia en el grado de violencia que desarrolla esa sociedad.

¿Y nosotros, los dominantes y agresivos occidentales?

Como dice Michel Odent, somos el Homo sapiens superdepretator y hemos llegado a este punto a base de imprimir a fuego la herida primal en todos nuestros bebés. Pero el Homo sapiens superdepredator debe  evolucionar porque se está dirigiendo inexorablemente al trágico destino de la extinción. Es hora de dar paso al nuevo Homo sapiens ecologicus, más empático, pacífico, respetuoso con sus semejantes y con la vida entera; un ser humano capaz de desarrollar su capacidad de amar al máximo de sus posibilidades.¿Y cual es el primer paso para llegar a desarrollarnos como ecologicus y no como superdepredator? ¿Tal vez el respeto por las necesidades primarias del bebé recién nacido, la principal de las cuales es estar en contacto continuo con el cuerpo de su madre?

En nuestra sociedad occidental patriarcal, competitiva, masificada, individulista y, en definitiva, depredadora, no es extraño que hayan triunfado los métodos de parto y crianza que fuerzan la separación entre madre y bebé, sumergiendo a la criatura en un estado de estrés crónico y obligándole a endurecerse y ser independiente cuanto antes, liberando así a su madre del ejercicio de la maternidad para poder masculinizarse lo suficiente y ser valorada social y laboralmente. Así se garantiza la formación de adultos llenos de carencias primales, con poca capacidad de empatía, inmaduros, que necesitarán depender del papá estado, que encontrarán en todas las ofertas comerciales - esas que sustentan nuestra economía de la abundancia y el exceso - unos sustitutos de lo que realmente echan de menos desde su periodo primal - la presencia, el cuerpo y el pecho de su madre - pero que ya han olvidado, dejando dentro de sí un vacío inmenso que se llenará a base de adicciones tan dispares como la comida basura o simplemente en exceso, el tabaco, el alcohol, las drogas ilegales, el trabajo a destajo, la ropa de marca, los coches deslumbrantes o la actividad sexual coital deshumanizada.

También se garantiza el desarrollo de mujeres castradas en su sexualidad maternal, incapaces de reconocer el deseo que sentimos por nuestro hijo recién nacido y capaces de ignorar sus necesidades hasta el extremo de dejarles llorar siguiendo manuales absurdos, o trabajar lejos de ellos durante más de 8 horas al día, por no hablar ya de la necesidad de "liberación" que sentimos  ante la demanda constante de nuestra cría recién nacida que debería estar dentro de nuestro útero unos meses más, pero que la evolución ha obligado a salir antes de tiempo, cuando todavía no está preparada y necesita contacto continuo con el cuerpo de su madre durante el periodo de exterogestación. Mujeres programadas para infligir la herida primal en nuestros hijos en el mismo momento de nacer.

La herida primal es nuestro pecado original. Por ella parimos con dolor. Por ella permitimos que interfieran entre nuestros hijos y nosotras. Por ella no es placentero amamantar. Por ella, necesitamos "liberarnos" de nuestros bebés para poder realizarnos como mujeres. Por ella, nuestros compañeros reclaman a la mujer coital eterna, nunca madre, siempre disponible.

La herida primal es la principal herramienta del patriarcado para someter tanto a hombres como a mujeres, y obligarles a jugar su juego y a la vez es la consecuencia del propio juego del patriarcado.

¿Cuando estaremos preparados para la primera generación libre de ella? Actualmente este momento parece lejos, pero ya se están dando los primeros pasos. Desde que en 1970 Michel Odent puso la primera piscina de partos en su maternidad, cada vez más y más profesionales de la obstetricia y la ginecología  luchan y trabajan para que las condiciones necesarias para el desarrollo de los partos humanos fisiológicos, respetuosos y orgásmicos se den por defecto para todas las parturientas y sus bebés, a la vez que se garantiza la seguridad del proceso mediante la formación de los profesionales adecuados y el acceso a la tecnología necesaria para resolver una situación patológica. Y cada día más madres y padres reivindicamos todo esto para nuestros partos.

Pero el parto sólo es el primer paso. La necesidad del bebé de estar en contacto continuo con su madre los primeros meses, el periodo de exterogestación, es una realidad demostrada desde diversas disciplinas. Y para que esto ocurra necesitamos madres sanas, libres y dispuestas a darle a su hijo lo que necesita. Para ello la maternidad no puede convertirse en una cárcel que encierra a la mujer en casa, la despoja de todo su prestigio social a la vez que destruye todas sus aspiraciones laborales, convirtiéndola en una persona totalmente dependiente económica y socialmente de su compañero.No, la solución no es la que han sufrido cientos de generaciones de mujeres patriarcales, heridas, castradas, infantilizadas, infravaloradas, cosificadas y humilladas.

La solución pasa por el reconocimiento de la maternidad, su integración en la vida pública y laboral de la madre. Y para ello hace falta un cambio radical en la sociedad y el mundo laboral que hoy por hoy prefiere ignorar la maternidad y aparcar a las criaturas en guarderías para que no molesten, cerrándose en banda al reconocimiento de las necesidades de estos bebés y sus madres.

Pero ¿Como?

Uno de las cuestiones que salieron el otro día en la presentación de nuestro libro en Zurich, fue el hecho de que si nunca hay mujeres en puestos de poder -porque se dedican a ser madres que crían a sus hijos - el sistema no va a cambiar. El problema que yo veo a este argumento es que estas mujeres, para llegar a donde están, primero han tenido que convertirse adecuadamente en la mujer patriarcal, castrada y masculinizada y, por lo tanto, cuando alcanzan este poder se limitan a jugar con las mismas reglas del juego sin tener la mínima intención de cambiar nada. Ejemplos de esto nos sobran, desgraciadamente.

Hoy por hoy lo más políticamente correcto es volver al trabajo lo antes posible tras el parto, dejando el bebé en las manos de una cuidadora toda la jornada laboral desde los 4 meses o incluso antes.  Conscientemente se desprestigian,  o directamente se ignoran, todos los estudios que demuestran la importancia de la presencia constante de la madre y la lactancia materna para los bebés de tan corta edad, a la vez que se pregonan a los cuatro vientos los pocos estudios que parecen quitarle importancia a estos factores, independientemente de su calidad, muchas veces manipulando con los titulares las verdaderas conclusiones del trabajo.

Pero, a pesar de los pesares, también hay otras mujeres y hombres que de manera no tan vistosa, día a día y como hormiguitas, van cambiando las cosas poco a poco.

Porque es posible.

El otro día tuve el honor de leer el artículo de una nueva mamá bloguera - Gemma, del blog Como una manada e investigadora de profesión - en el que nos cuenta como se llevó a su bebé de tres meses a un congreso en el que ella formaba parte del comité científico.  Gemma no ha salido en todos los medios de comunicación, como en su día salio la eurodiputada  italiana Licia Ronzulli, pero demuestra de una manera mucho más realista y sencilla como en muchas ocasiones el bebé puede disfrutar de lo que más necesita, su madre, mientras esta ejerce su profesión y cumple perfectamente con sus obligaciones profesionales.

Gemma ha demostrado que la verdadera conciliación sí es posible y, junto a ella, muchas madres cada día nos lo demuestran con su ejemplo. Sin ir mas lejos, la blogosfera está repleta de madres realmente conciliadoras. Os pongo otros ejemplos de los muchos que conozco y que yo personalmente admiro mucho por su valentía, entusiasmo y creatividad para combinar el cuidado de sus hijos con su vida profesional:

* Nohemí de Mimos y Teta, a la que vemos en la foto de al lado porteando a su tercera hija mientras da una charla en la Gerencia de Atención Primaria en Las Palmas de Gran Canarias, en el marco del punto mensual de encuentro de enfermería.

* Louma, de Amor Maternal (blog que ha ocupado el segundo puesto del ranking de wikio durante meses - yo juraría que lo he visto también el primero aunque su autora me dice que no - y sigue muy bien posicionado) que compagina el cuidado de su hijo a tiempo completo con su trabajo de escritora  y diseñadora, además de la realización de talleres virtuales y presenciales sobre crianza respetuosa y la salud bucal de los más pequeños (ella es odontóloga).

* Raquel y Enriq, él diseñador gráfico, ella escritora, puericultora y asesora de lactancia y porteo; ambos al frente de la revista Madre Tierray de varios blogs comoLa casa de las Mamás, Madre Tierra, Buscando trazos y Buscando Chapas y todo combinado con la crianza de su hijo también a tiempo completo.

* Y Jesusa, nuestra doula más guerrera y comprometida, que según nos anunció ayer en FB, ya ha vuelto de Brasil a donde fue por motivos profesionales y con su pequeña Anaís bien colgadita de su cuerpo, por supuesto.

Y la lista podría continuar y continuar porque hay muchos más, madres y padres que no han querido renunciar a la crianza de sus hijos y que han luchado por compatibilizar su vida laboral con las necesidades familiares. Pero claro, ellas y ellos lo hacen a la sombra, en trabajos que no salen en los grandes medios de comunicación cada tres por cuatro y que tampoco los meterán en las listas de las grandes fortunas mundiales o en los primeros puestos de poder de los partidos políticos. Pero a pesar de pasar desapercibidos para el resto de los mortales, a pesar de que su radio de acción no es muy grande, su influencia nos hace mucho más bien a todos de lo que somos realmente conscientes.

Porque todas estas mujeres y todos estos hombres, madres y padres, nos están demostrando que incluso en las nefestas condiciones actuales, la verdadera conciliación laboral es posible.

Claro que, tal cual está la situación, tampoco es fácil. Muchas de estas familias han tenido que dar un giro de 180 grados a su vida profesional para poder ejercer la maternidad /paternidad como ellas y ellos querían. La mayoría ha sacrificado mucho poder adquisitivo. Puedo imaginarme que si las cosas hubieran sido diferentes, muchas y muchos hubieran podido seguir con sus profesiones ganando mucho más dinero y sin verse obligados a encontrar alternativas.

¿De verdad es tan imposible ejercer de ejecutiva con tu bebé de meses colgado en un fular? ¿De verdad no puedes darle el pecho mientras sigues con tu reunión? ¿No puedes escribir tus informes mientras el duerme en tu regazo? ¿No puedes atender a tus clientes mientras tu recién nacido duerme plácidamente en su fular colgadito a tu espalda o a tu pecho?

Yo creo que sí es posible, sólo hace falta un cambio de mentalidad muy grande y no sólo por parte de la sociedad, sino también por parte de los propios padres.

Por un lado la sociedad tiene que empezar a priorizar las necesidades de los más pequeños por delante de todo lo demás, considerando el cuidado y crianza de los hijos como la actividad más importante para garantizar el futuro y el bienestar de todos. Y tiene que dejar de autojustificarse, buscando argumentos por aquí y por allá para intentar justificar la institucionalización de las criaturas 10 horas al día, cinco días a la semana desde el primer día de vida.


Y por otra parte los padres tenemos que dejar de paralizarnos cuando nos llega un bebé a nuestras vidas. Dejar de considerarlo un muñeco de cristal que mejor está en su cunita, a salvo, donde no se rompa, y empezar a reconocer en él la cría de mamífero que reclama cuerpo materno las 24 horas del día.

Este cachorro humano  que necesita formar parte desde el principio de la comunidad a la que pertenece, sin que le aíslen en una habitación pintada con florecitas rosas o angelitos azules, que necesita mirar el rostro de los adultos inmersos en sus actividades diarias, y no el móvil de jirafitas girando eternamente encima de su naricilla.

En definitiva, el cachorro humano que reivindica su lugar en su comunidad desde el primer día de su vida extrauterina, reclamando que sus necesidades sean cubiertas, como merece y tiene derecho, para desarrollarse íntegramente en todo su potencial.

Por supuesto que es posible y, sobre todo, vale la pena el esfuerzo.









UN CRIMEN CONTRA LA HUMANIDAD

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Seguro que al leer el título de este post os habéis imaginado escenas de guerras, genocidios y holocaustos, pero a mí estas palabras me vinieron al la cabeza cuando, de la mano de Mama de Marte, vi este vídeo:


Y luego mi amiga Nohemí me enlazó este otro:


Y ahora mismo creo que es difícil caer más bajo: 

- Primero creas una nueva vida humana a medida de tus gustos :  genes occidentales de donantes con las características que te interesan, por supuesto  ¿quién quiere un niño con rasgos indios o los genes de una mujer pobre o, simplemente, sin tus propios genes? 

- Después utilizas el útero y el cuerpo de una mujer para que lo geste aprovechándote de su estado de indefensión, pobreza y sometimiento, poniendo en peligro su integridad física (la clínica ya se encargará de no tener responsabilidades si algo malo ocurre y tú, desde luego, no tendrás ninguna) sometiéndola a un proceso esclavizante, aberrante, explotador e inhumano en el cual le vas a obligar a vivir encarcelada y alejada de sus hijos para al final obligarla abandonar a ese bebé que ha gestado y, por lo tanto, es también hijo suyo (tenga o no su DNA y su color de piel). 

- Por no hablar ya de que, por supuesto, el bebé nacerá en una cesárea programada para que su nacimiento encaje en tu agenda a la perfección. El derecho de la madre a parir ese hijo de la manera más segura para ella misma y para el bebé os lo pasáis por donde os apetece (tú, el o  la médico y  todos los intermediarios de esta aberración)

Y claro, no lo haces sólo con una mujer, no, lo haces con varias para asegurarte el éxito al mejor precio posible. Al fin y al cabo sólo es una cuestión de enseñar billetes y darlos. Luego eliges el embarazo que más te interesa (si son gemelos, niño o niña, rubio o morenito y, por supuesto, sano sanísimo que si no no vale) y el resto como si nunca hubieran existido. La(s) otra(s) mujer(es) embarazada(s)  que ya no te interesa(n), que se apañe(n): que aborte(n), que lo abandone(n)  o que lo cargue(n) de por vida sumergiéndose más en su pobreza. A ti te da igual porque ya tienes lo que quieres: un precioso, sano y rollizo bebé (o bebés) con los que ejercer de amoros@ padre/madre. 

Y el bebé. Aquí, desde luego, es el que menos importa. Si no es perfecto, si está enfermo, si no es del sexo deseado..... no importa nada porque, haya nacido o no, se queda fuera de la ecuación ipso facto. Pero incluso el Elegido, el perfecto, el que cumpla todos los requisitos, ése que no se haga demasiadas ilusiones porque:

- No tendrá ninguna opción a que se respete su derecho más fundamental: el de no ser separado de su madre, o sea, de la mujer que lo ha gestado y que él reconoce como madre.

- Tampoco tendrá derecho a nacer cuando y como le conviene a él, sino que lo hará cuando le convenga a sus "futuros padres", por supuesto mediante cesarea. 

- Del contacto piel con piel y la lactancia materna prefiero ya ni hablar..........

- Si proviene de los gametos de desconocidos, aunque uno de ellos sea el óvulo de la propia mujer gestante, tampoco tendrá nunca derecho a su identidad biológica.

- Y tampoco tiene derecho a no ser tratado como una mercancía porque será COMPRADO. Exactamente eso es, por mal que suene, ya que la madre que lo gesta, y que es su madre, lo venderá por dinero. Y eso en mi pueblo se llama comprar. Y no me vengáis con que no es el bebé lo que se compra sino el útero lo que se alquila porque eso es pura demagogia barata. Al fin y al cabo nadie ha denunciado a esos padres que no se han hecho cargo del "producto" de la concepción, como se explica en el segundo vídeo, lo que significa que se asume que no tienen ninguna responsabilidad sobre la criatura ¡Aunque esta lleve sus genes!: sólo es suyo si lo aceptan, o sea, si lo compran. 

Cuando en el segundo vídeo he visto que a todo esto la doctora india le llamaba "acción humanitaria" no he podido evitar soltar una carcajada - eso sí, llena de amargura - porque en los últimos tiempos estamos viendo a lo que llevan esas "acciones humanitarias" y esa "caridad" tan mal entendida que se ejerce desde el orgullo, el poder y la grandiosidad del que se cree con la verdad y el Bien de su lado, pero que no reconoce la humanidad  de las personas sobre las que está ejerciendo esa caridad. Hoy en día a la caridad  que ejercieron algunos miembros de la Iglesia Católica y del personal sanitario involucrado en las adopciones/apropiaciones de los últimos 40 años (o más) se le está llamando "compra/venta" y "tráfico" de bebés. De hecho, el abogado que comenzó con todo, Enrique Vila, lo llamó el caso de los Niños Robados y con eso se ha quedado. 

¿Como llamarán a la maternidad subrogada las siguientes generaciones? ¿Que sentirán estos niños de adultos cuando descubran su historia? ¿O cuando se den cuenta de que no tienen ninguna posibilidad de descubrir nada? ¿Cuando se enteren de que ellos y sus derechos quedaron muy por detrás del deseo de sus padres de ser padres? 

¿Que le dirán a su hij@ los que deberían haber sido los padres del bebé de Sinaida? ¿Que los eligieron a ellos a la vez que abandonaban a su suerte a otro hermano porque ya no les interesaba? ¿Y los padres de Antton? ¿Que le dirán a su mellizo? ¿Le contarán como abandonaron en un orfanato ruso a su hermano porque estaba ENFERMO? (podéis ver las historias en el primer vídeo)

Me hierve la sangre y me sangra el alma al pensar que personas capaces de algo semejante viven en este mundo respetadas, apoyadas y comprendidas por sus semejantes. No entiendo como no se están pudriendo en la cárcel. Lo siento en el alma, pero estas historias me rompen algo muy profundo y sacan lo peor de mí, tal vez  porque rascan una vieja y profunda herida marcada a fuego en mi vida primal. 

Por eso me siento con el derecho de gritarlo alto y claro:


 PARA SER PADRES NO TODO VALE. 

Porque

 SER PADRES NO ES UN DERECHO.

Los derechos los tiene la criatura a no ser concebida para


Ser separada de su madre 

Nacer cuando no está preparada para ello

Ser tratado como una mercancía que se compra y se vende


Concebir una criatura con la finalidad de pisar todos sus más primordiales derechos es un crimen contra la humanidad. No lo puedo llamar de otra manera.  

HUMANA

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El otro día tuve un conflicto con mi hijo mayor que acabó en dos nalgadas. Da igual que pasó, simplemente la situación me superó y liberó la ira acumulada en mi cerebro reptiliano. Ya serena, asustada de mi misma y de mi falta de control, acudí a mi Tribu virtual en busca de ayuda y hermandad: vía facebook les conté el desgraciado incidente, tras lo cual se  formó una interesante conversación sobre nuestra capacidad como madres humanas para controlar nuestra ira y no acabar aplicando algo que todas rechazamos en banda: El castigo físico. Y no hablo del castigo físico que duele, sino de la nalgada/colleja/palmada dada sin excesiva fuerza en el trasero, las manos, la cara o la nuca, que no produce ningún dolor físico y que está ampliamente aceptada fuera de nuestro círculo de crianza.

Hace seis años me hubiera reído de cualquiera que me hubiera dicho que ese tipo de cachete es MALTRATO.  De hecho, en un viaje por Austria que hice hace unos quince años con una tía mía, cuando nuestra guía turística nos explicaba que en ese país si un padre pega una bofetada a su hijo en la calle puede ser denunciado, dije claramente: "¡Dios mío! ¡Que exageración!"

Y es que yo había recibido mi propia dosis de esa "medicina" y ahí estaba yo, tan maja, sanota y bien educada. ¿Como no iba a estarlo si mi madre me había dado aquellos cachetes "por mi bien", "doliéndole a ella más que a mí"? Los niños Austriacos iba a ser una pandilla de malcriados sin pizca de disciplina porque ¿Como disciplinar y educar a unos hijos si no les puedes dar ni un cachete?

Han tenido que pasar varios años, tres hijos y unos cuantos libros de la gran Alice Miller para que aquellos pensamientos me produzcan una sensación de vergüenza tan grande que sólo puedo compensarla con la satisfacción que siento al haberlos superado, a pesar de lo que me ha costado y dolido esa superación.

Y es que aceptar que un cachete a un hijo es INACEPTABLE es aceptar que los cachetes que recibiste son igualmente INACEPTABLES. Y eso duele porque te hace sentir que traicionas a tus padres, ya que desenmascara la relación con tu madre o padre, dejando desnuda la verdadera intención de aquellas agresiones "blancas" (porque no producen dolor físico), pero agresiones al fin y al cabo: esos cachetes no se dan por "el bien" del hijo, no, se dan porque el adulto no tiene más recursos para resolver a su favor una situación de conflicto. El cachete muestra al hijo su situación de inferioridad física y dependencia, por lo que acaba instantáneamente con toda su resistencia, produciéndose así el final del problema. Al niño no le queda otra que llorar y aceptar. Si la madre/padre habla y contesta, el niño puede hablar y contestar. Incluso si la madre/padre grita, el niño puede gritar. Pero si la madre/padre da un cachete el niño ya no puede hacer más porque su inferioridad física es evidente, por lo que por ese camino no tiene nada que ganar pero si mucho que perder y siente miedo por su integridad física. Sí, no es exagerado, siente MIEDO por su integridad física porque aunque ese primer cachete tal vez haya sido controlado y no haya dolido, sabe que el adulto tiene la fuerza necesaria para repetirlo, esta vez más fuerte y doloroso, y dado ya uno ¿que le impide seguir dando más?

Si no ¿Por qué creéis que los cachetes acaban con el conflicto? Simplemente porque despiertan el miedo en el niño. El MIEDO A SU MADRE/PADRE, a lo que su madre/padre puede llegar a hacer. Terrible ¿no?

Y a pesar de mi convencimiento y de estas reflexiones, el otro día se me fue la mano y le di dos nalgadas a mi hijo mayor. No son las primeras que le doy, pero si son las primeras después de llegar a la conclusión de que NO SE PEGA NUNCA A LOS HIJOS. Da igual la situación, el caso es que mi rabia se adueñó de mi cerebro, tomó el control de la mano y ésta se estampó contra el trasero del niño antes de que la parte racional del cerebro inhibiera el movimiento. No fue un golpe fuerte sino relativamente suave y controlado, pero fue un acto de pura rabia, de pura impotencia. No fue por "su bien" fue por  "mi bien" porque me permitió descargarme de la rabia y resolver el conflicto instantáneamente. Tal y como sucede siempre, como sucedía conmigo de niña, ese simple acto de irracionalidad dejó claras las posiciones, madre superior/hijo inferior, madre dueña de la situación/hijo a merced de su poder.

Luego hablé con él. Me disculpé y le di las razones de porqué había perdido el control, dejando bien claro que no son excusa para mi comportamiento. También le expliqué que era así como se solucionaban esas situaciones en mi niñez con mi propia madre y que ahora, a pesar de que no quiero repetir ese patrón, cuando me he sentido al límite de mi resistencia no he podido evitar caer en el mismo comportamiento aprendido en mi infancia. Él me ha entendido porque también se le escapa la mano cuando se enfada con sus hermanos y amigos. Y hemos decidido que no nos podemos permitir nunca descargar la ira sobre otra persona, así que utilizaremos un cojín si tenemos que estallar y pegar a algo.

El otro día, cuando en nuestro muro de La Tribu contaba este episodio a mis amigas, Erika comentaba que "el cachete" es un impulso que compartimos con muchos animales que zarandean y mordisquean a sus crías cuando quieren acabar con un comportamiento inapropiado. Reflexionando sobre esto me di cuenta de que es verdad. Dar un manotazo puede llegar a ser socialmente aceptable en muchos contextos, incluso entre adultos. De hecho todos los niños pasan por una etapa en la que levantan la mano cuando tienen un desencuentro con sus compañeros de juegos, sean adultos o niños. Los niños, como el resto de mamíferos, pueden pegar, arañar o morder cuando se enfadan o quieren conseguir algo. En conclusión: el manotazo parece ser un comportamiento instintivo e innato.

Pero ¿Es eso una razón suficiente para permitirnos usar el cachete en nuestra relación con ellos? o planteando la pregunta de otra manera ¿Que particularidad(es) en esta situación hace(n) que el uso del cachete sea absolutamente INADMISIBLE?

Bajo mi punto de vista estas particularidades son:

1- Una ya la hemos comentado: la superioridad física del adulto que deja al niño sin ninguna posibilidad de defenderse. Excepto los niños muy pequeños que todavía osan pegar al adulto un manotazo cuando se enfadan, en general tienen muy claro que por ese camino no hay nada que hacer y frente al cachete sólo les queda bajar la cabeza y retirarse. Como Mireia comentaba en nuestro pequeño debate, no vamos dando coscorrones a los adultos cada vez que tenemos un conflicto, aunque yo veo que si hay una gran confianza puede llegar a estar aceptada una agresión física "blanca" (que no produce dolor, como un manotazo en el brazo por ejemplo), en momentos de mucha tensión. A veces este recurso se utiliza disfrazado de broma y juego ("je,je,je.... Ay, pero mira que es puñetero mi marido/hermana/amigo -bum, manotazo en el brazo- diciendo estas cosas de mí, je,je,je,je -grrrrrrrr-..."). Pero cuando pegamos a un niño estamos abusando de nuestra situación porque el niño no tiene ninguna posibilidad, ni física (es más débil) ni moral (si hay algo que se ve realmente horrible en esta sociedad es la agresión de los hijos a sus padres, además de que el niño depende de nosotros a todos los niveles y no se puede arriesgar a que le abandonemos) de devolvernos el golpe para defenderse y defender su posición. Un cachete es así un evidente abuso de poder.

2- Cierto que los demás mamíferos suelen usar una cierta violencia física con sus crías. Es una forma de comunicación más. Los empujones, zarandeos, mordiscos o zarpazos se utilizan para comunicar a la cría que eso no lo deben hacer, posiblemente cuando señales más sutiles o sonoras no han funcionado. Pero nosotros tenemos un recurso más: tenemos EL LENGUAJE. Nuestra capacidad de HABLAR y controlar una situación con el lenguaje, nos permite no ir dando bofetadas, empujones y mordiscos por la calle, cada vez que alguien hace algo que nos molesta o enfada. Podemos llegar a utilizar palabras muy hirientes y en tonos muy altos y agresivos en situaciones de estrés y conflicto, pero con ellas evitamos que el enfrentamiento se resuelva a golpes. Los animales también gruñen, ladran, aúllan, o mugen pero estaremos todos de acuerdo que nuestra capacidad de comunicarnos con el lenguaje supera todos esos recursos. Si queremos que nuestros hijos aprendan a resolver sus conflictos por medio del lenguaje ¿Como nos permitimos utilizar el primitivo sistema del golpe físico con ellos como herramienta de educación? ¡No tiene ningún sentido! El mensaje que les damos es: con tus iguales usa las palabras ( nosotros no pegamos a adultos y cuando ellos mismos pegan a sus amiguitos o hermanos les decimos que "no se pega") pero con los que son más débiles que tú puedes dejarte llevar y golpear (especialmente cuando seas adulto). Terrible mensaje, por cierto.

3- Cuando una leona o una loba da un mordisquillo a su cachorro dudo que lo haga porque el león de la manada la ha enfadado o está hasta las narices de la pesada de su hermana que lleva todo el día incordiándola. Supongo que lo hará porque su cachorro en ese momento le está molestando o está haciendo algo peligroso, y punto. Pero los humanos somos muy complejos y, entre otras cosas, somos capaces de acumular ira. Una ira que se guarda probablemente en la parte más primitiva de nuestro cerebro hasta que encuentra una vía de escape y entonces, como dijo Nohemí, nos convertimos en esos reptiles capaces de devorar a sus crías ¿Cuantas veces no habremos dado un cachete a nuestro hijo porque estábamos ya al borde de nuestra resistencia y no precisamente por lo que el niño haya hecho ese momento? Como bien apuntaba Mireia en nuestra conversación, nada de lo que mi hijo hizo fue ni tan grave ni en absoluto excepcional para un niño de seis años. ¿Fue aquel cachete realmente contra mi hijo, o fue contra toda una situación global que me acababa de superar? Evidentemente fue eso último. En otro momento lo que mi hijo hizo no me hubiera hecho reaccionar así. Pero pasó cuando pasó y él pagó las consecuencias de mi sobrecarga total, no de su acción. Así que el cachete no sólo fue un recurso torpe y primitivo (teniendo el lenguaje debería haberme limitado a su uso), además de un abuso de poder evidente (él ya no tenía ninguna posibilidad de defenderse dada mi superioridad física), también fue INJUSTO (no se lo merecía ya que mi reacción fue desproporcionada a la acción que lo provocó).

De esta manera estoy castigando, abusando y siendo injusta con una persona que me quiere más que a nada en el mundo y que depende de mi completamente. Y todo esto con un simple y controlado manotazo "blanco" en las nalgas.

Y sí, como mis amigas me dijeron con toda la razón,  soy humana. Por eso no soy perfecta y cometo errores. Errores que tienen sus raíces en mi propia infancia y que se han transmitido de generación en generación, perpetuando un sistema de crianza de autoridad y poder donde la justicia es arbitraria y depende del estado de ánimo del que en ese momento tiene la sartén por el mango.

Pegamos por muchas razones: porque nos pegaron, porque estamos marcadas con la herida primal o porque el cerebro reptiliano se hace con el control, con el beneplácito y el poder del cerebro superior. Razones de peso que nunca se pueden convertir en excusa. Eso me permitiría volver a caer una y otra vez, escudando mi conciencia en mis limitaciones. Aunque, por supuesto, las razones son importantes porque, como bien escribía Louma, me permiten perdonarme, ya que tampoco tiene sentido martirizarme una y otra vez con los errores que cometo, además de que debo profundizar y trabajar con ellas para terminar definitivamente con este impulso. Ileana aseguró que a medida que "vaya recolocando mis estanterías interiores", este impulso irá pasando y desapareciendo. Cuidándome, cuidando mi energía  para no llegar al límite, buscando mi alegría y felicidad interior, delegando y pidiendo ayuda... estos consejos que con sólo leerlos ya me hacen sentir mejor fueron de mi querida Cristina.

Esto, simplemente, no puede volver a pasar.No se pega simplemente porque - como dijo la pequeña de Mónica - "No está bien".

Y para eso tengo que actuar. Tengo que aprender a canalizar y controlar mi ira. También tengo que analizar de donde viene realmente, la razón de su existencia. Esa ira que hace que me porte como una miserable con las personas que más quiero en el mundo: mis propios hijos. Si alguna vez en mi vida he tenido una motivación de peso para desenmascarar y superar mis sombras es ahora. Ahora tres seres humanos que YO he traído a este mundo consciente y voluntariamente dependen de mí  para su formación en adultos sanos, equilibrados, libres y felices.

No, no hay excusa que me permita repetir los errores del pasado, por mucho que estos hayan pesado en mi propia infancia y hayan determinado la persona que soy ahora. Soy una ser humano libre y por lo tanto tengo al responsabilidad de elegir.

Y ELIJO LA SANACIÓN Y LA SUPERACIÓN

Cueste lo que cueste.

OS INVITO A UN DEBATE

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Últimamente Facebook está de los más inspirador y es que no podemos negar que nos pone en contacto a grupos de personas que nunca nos hubiéramos encontrado de otra manera, permitiendo que los temas se entremezclen y lo que en un principio parece no relacionado, acabe íntimamente ligado.

En este caso fue en un grupo que prefiere no ser mencionado en este blog, así que me reservaré su nombre por respeto a los deseos de sus componentes, donde se contaban una serie de anécdotas en donde el denominardor común era un niño llorando y enrabietado con su madre o padre por diversas razones y en diversas situaciones, a cuya ayuda acude una persona desconocida, lo que provoca malestar y rechazo en el progenitor del niño que interpreta este acto como una intromisión en su manera de educar y criar a su hijo.


Estas situaciones comentadas por estas madres me resultaron muy familiares porque casualmente no hace mucho había leído una muy semejante en este otro grupo:  "Mamá no me dejes llorar,..informaté", sólo que en este caso la que contaba la experiencia era "la desconocida" que intervenía o le hubiera gustado intervenir, ya que nos contaba como había tenido que aguantarse las ganas de coger un bebé que lloraba desconsoladamente en su carrito ante la impasibilidad de su madre. Los asiduos a este blog ya podéis imaginaros con que papel me identifico yo y lo cierto es que me hubiera gustado contar más en detalle las anécdotas, pero las madres protagonistas han considerado que haciéndolo vulneraba su intimidad, así que he decidido cambiar esta parte del artículo eliminando los ejemplos concretos que antes había escrito.


Como también podéis imaginar no me pude estar callada y aunque no llegué a expresarme con la dureza con la que me asaltaron mis pensamientos, tuve que dar mi opinión. Como posteriormente borré mis comentarios (porque con otra madre llegamos a la conclusión de que el debate era sobre crianza y poco tenía que ver con el tema del grupo), no puedo reproduciros exactamente lo que comenté, pero vine a decir que me identificaba con esos desconocidos que habían intervenido y no entendía que en lugar de estar agradecidos a ellos por preocuparse por sus hijos, les criticaran e insultaran. Que yo, después de muchas lecturas, reflexiones y hasta lágrimas, había llegado a conclusiones que me llevaban a criar de una determinada manera y no me permitían ser indiferente ante escenas como las relatadas, aunque los protagonistas fueran niños desconocidos. Y que esperaba que si un día mis hijos eran llevados a rastras por alguien en la calle, o se encontraban llorando solos, alguien se acercara para ayudarles porque existía la posibilidad, por pequeña que fuera, de que esta persona estuviera evitando una verdadera tragedia.

Las primeras respuestas a mis comentarios fueron, al menos así me parecieron a mí, bastante fuertes: me acusaron de sentirme en posesión de la verdad, de no respetar los "otros" sistemas de crianza, de querer ir dando lecciones, y de que ellas también habían leído todo lo que hay que leer de todas las corrientes y eran muy capaces de sacar sus propias conclusiones.

Mi siguiente reacción fue acudir al otro grupo, "Mamá no me dejes llorar, informaté", porque me pareció muy interesante que sus componentes entraran en el debate dando una visión y unos argumentos que, yo pensé, podían ser muy enriquecedores para todos. También, como no, lo comenté en el grupo de La Tribu 2.0. Pero desgraciadamente el primer grupo es actualmente un grupo cerrado, por lo que sólo sus miembros pueden ver su contenido, y por eso se nos ocurrió trasladar el debate a este blog para que todos podamos participar abiertamente.

Así que, en resumen, la primera anécdota contada por una mamá adoptiva nos ha abierto dos interesantes líneas de debate:

1- Por un lado está el tema de la crianza - conductismo/crianza respetuosa - que además, en este caso concreto, nos permite profundizar más en los efectos que las técnicas conductistas tienen o pueden tener en la crianza de los niños adoptados (el debate comenzó en un grupo relacionado con el mundo de la adopción). Sobre este tema en concreto sé que Mireia Long nos prepara un artículo que espero como agua de Mayo porque seguro que no tiene desperdicio.

2- Por otro lado está el tema de la intromisión de desconocidos en espacios públicos en momentos puntuales de conflicto con nuestros hijos o en situaciones de supuesto peligro. ¿Nos molesta o lo agradecemos? ¿Hasta que punto somos los adultos responsables de los niños desconocidos? ¿Como debemos reaccionar ante un niño que según nuestro criterio está siendo "maltratado" por sus padres? Y con maltrato no me refiero al maltrato grave - porque creo que aquí es evidente como reaccionaríamos todos ¿Verdad? - si no a estos comportamientos más sutiles pero basados en el abuso de autoridad del adulto y que ponen al niño en una situación de indefensión.

Os invito a los componentes de los tres grupos, y a todos los lectores de este artículo, a participar, debatir, informar y enseñarnos mucho un@s a otro@s porque creo que es importante poner estos dos temas sobre la mesa abierta y respetuosamente.

En cualquier profesión los profesionales se reúnen a debatir uno y mil aspectos regularmente. La crianza no es diferente y nosotros, los padres, somos también profesionales de la crianza, yo creo que los profesionales por excelencia, aunque no nos hayan dejado creérnoslo. Pero nunca se lee lo suficiente, ni se sabe lo suficiente y siempre todos tenemos mucho que aprender. Creo que reunirnos y debatir, aunque sea de manera virtual, es una de las cosas más enriquecedoras que podemos hacer para sacar el máximo provecho de nuestras lecturas, conocimientos y experiencias.

Así que ¡Adelante! ¿Que opináis?


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ESTO VA POR USTED, DOCTOR ESTIVILL: ¡¡¡¡¡¡AAAAAAHHHHGGGGGGRRRRR!!!!!

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Hoy es mi cumpleaños. Y como hoy es mi día y este es mi blog ¿Sabéis qué? Pues que me permito un desahogo.

Este:

AAAAAHHHHHHHGGGGGGRRRRRRR



SEÑOR ESTIVILL: 

DEJE DE MENTIR

Estoy HARTA, ESCANDALIZADA, HERIDA Y MUY MUY CANSADA DE LEER SUS MENTIRAS a diestro y siniestro. 

Yo ya sabía que mejor no empezaba a leer su entrevista en la vanguardia, porque si lo hacía me iba a amargar el día (¿Por qué, por qué, por qué tenía que salir publicada hoy precisamente???????). Pero no me pude resistir. Total, que no leí nada nuevo, pero es que es impresionante como sigue usted, erre que erre, negando las evidencias científicas que no le interesan, negando a los científicos que no le siguen el juego y negando la mismísima naturaleza humana. 

Me pone los pelos de punta pensar en tantos padres siguiendo su sinsentido, pensando que su dolor y el de su hijo se justifica porque todo ese comportamiento aberrante, cruel y maltratador es defendido y avalado por todo un señor doctor. 

Por desgracia en esta sociedad no se compra o sigue más lo que más calidad y razón tiene, sino lo que se vende mejor, y de eso, doctor Estivill, si que sabe usted mucho: se vende usted de maravilla. 

Pero a mí su discurso me produce nauseas y mucho dolor. No lo entiendo, de verdad que no lo entiendo. Espero que algún día sea usted consciente de todo el daño que está haciendo. 

Os dejo aquí mis últimos artículos en los que intento desnudar un poco las mentiras escondidas en las palabras de este célebre doctor: 


Y para acabar, y con el permiso de mi amiga Nohemí, os enlazo este vídeo para que veáis lo único que necesita un bebé para dormir como "un lirón": 

El cuerpo de su madre



El tema principal del vídeo son los diferentes nudos para atarse un fular, pero la primera vez que lo vi hubo algo que me dejo sorprendidísima: como dormía la pequeña mientras su madre la cargaba, descargaba y movía de aquí para allí. Este vídeo, y otros semejantes también grabados por Nohemí, me enseñaron algo mucho más profundo que los nudos de los fulares, me enseñaron que el bebé necesita estar en contacto con su madre para dormir tranquilamente y que la luz baja o el silencio eran secundarios, o incluso prescindibles, y que los diferentes mecanismos de musiquitas, mecedoras y móviles varios eran absolutamente SUPERFLUOS e inútiles, cuando no claramente dañinos porque hacen olvidar lo que el bebé realmente necesita, haciéndonos pensar que lo natural y normal es que no sufra el "síndrome de la cuna con pinchos" y se  duerma tranquilamente lejos de nuestro cuerpo y SOLO. 

Le he pedido a Nohemí que mande sus vídeos al doctor Estivill, a ver si él, que se considera tan científico, es capaz de rendirse de una vez ante lo evidente: El bebé para dormir necesita sentirse seguro y esto sólo ocurre en contacto con el cuerpo de su madre. 

Lo demás es charlatanería barata. 

Por cierto, Nohemí no pudo evitar el otro día dar también su opinión sobre este señor. Aquí os la dejo. Que la disfrutéis. 



DESEO MATERNAL

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Los engendré dentro de mi cuerpo...................... pero eso no me hace su madre.

Los parí.............................................................. pero eso no me hace su madre.

Les di y les doy la leche de mis pechos................ pero tampoco eso me convierte en su madre.

Cada día les visto, les peino, les alimento, les llevo al cole, les traigo a casa, les escucho, les hablo, les consuelo, les guío, les divierto, les aburro, les compro mil cosas necesarias, les compro mil cosas innecesarias............ ni siquiera eso me convierte en su madre.

Pero desde el mismo momento en que los soñé, les deseo. Les deseo con una intensidad que me convierte y me transforma; me da alas y me ahoga; me convierte en una nube de algodón y me convierte en fiera.

Les deseé cuando sólo eran una idea, un futuro.

El deseo me inundó cuando eran una célula en una de mis trompas de falopio viajando hacia el nido del útero, cuando se transformaron en blástula, gástrula, mórula, embrión, feto, bebé..... y ahora niños en camino de hacerse hombres.

Les deseo cada segundo de mi vida y de la suya.

Y ese deseo, profundo, primitivo, inmenso, incontrolable, salvaje, que sólo yo siento por ellos; ese deseo único y universal que alimenta el amor infinito que nos une, que guía todos mis actos con ellos y que hace que les entregue mi alma, mi cuerpo, mi vida......................................


Ese deseo es lo que me convierte en su madre.









LO QUE QUIERO Y LO QUE NO QUIERO

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No quiero decirle a ninguna madre o padre como tiene que criar a su hijo. Ya son mayorcitos para tomar sus propias decisiones, informarse o no informarse de lo que es mejor o peor, natural o cultural, impuesto o voluntario.

Pero,

tampoco quiero callarme lo que sé, lo que he estudiado y descubierto, simplemente porque alguien se pueda ofender o sentir culpable. El que no quiera oírme, simplemente, que no me pregunte, porque si lo hace le diré lo que sé y lo que pienso sin tapujos.

No quiero juzgar a nadie,

Pero:

Tampoco quiero que me juzguen cuando saco la teta para amamantar a mi hijo de 3 años. Y no, no va a estar mamando hasta la mili porque: 1- Seguramente nunca hará la mili mientras no vuelva a ser obligatoria; 2- Para entonces seguro que se estará agarrando a la teta de otra (y de otra manera, se entiende).

No quiero que llamen "lactancia prolongada" a lo que mis hijos y yo hacemos, porque no estamos prolongando nada más allá de lo que la madre naturaleza ha diseñado y dispuesto. Antes de escribir en un periódico sobre este tema en concreto, sería de agradecer que el/la periodista en cuestión se informara sobre lo que los expertos opinan que sería la duración natural de la lactancia en el ser humano. Importante tener en cuenta que sólo en los últimos dos siglos, y por motivos absolutamente ajenos a la salud de madre e hijo, se acortó lo que de manera natural debería durar varios años y se convirtió en meses, bajo la amenaza de que hacerlo más tiempo era "nocivo". Y yo me pregunto ¿Nocivo para quién? Porque hasta ahora la ciencia más pura y dura sólo ha demostrado beneficios PARA TODOS.

Así declaro que:

No quiero leer MENTIRAS en los medios de comunicación, desinformando a los padres con frases como:

"...el niño debe socializarse, y esto implica destetarse." (Javier Urra. La Vanguardía 16 de Mayo 2012). Una majadería digna de no ser nunca leída. Con semejante ex-defensor del menor no me extraña lo que ocurrió hace unos meses con la joven Habbiba y su hija.

"Lo primero que hay que preguntarse es qué mujer trabajadora puede permitirse el lujo de seguir dándole el pecho a su hijo después de la baja maternal." (Susana Quadrado. La Vanguardia 16 de Mayo 2012). Por suerte, y a pesar de las nefastas condiciones laborales de la gran mayoría de madres, muchas, señora Quadrado, muchas. Y si estas condiciones cambiaran serían todavía muchísimas más.

O que la lactancia nos produce un desgaste prematuro y nos estropea los pechos, palabras de Eulalia Solé en otro artículo de la Vanguardia, ampliamente comentado por Alba Padrós en su blog Som la llet. Lástima que todos los estudios científicos que demuestran los efectos de la lactancia sobre la madre desmientan sus palabras porque, entre otras cosas, la lactancia previene el cancer, la osteoporosis, la anemia y las enfermedadescardiovasculares. Así es difícil de creer que las madres que amamantamos estemos más "desgastadas", sobretodo en esta sociedad del exceso donde estamos sobrealimentadas. Hasta el momento, señoras y señores, sobre la lactancia sólo se ha demostrado beneficios PARA TODOS. Todo lo demás es pura CHARLATANERÍA.

Y no quiero polémicas donde no hay lugar para ellas. La ciencia habla claro y en este campo poca polémica hay. Los estudios hasta ahora son cristalinos y no dejan lugar a dudas. Pero a pesar de ello, los medios de comunicación se dedican a crear una guerra a base de enfrentar dos tipos de crianza que, en el fondo, tampoco existen como tales. Primero fue El Mundo y ahora La Vanguardia pero no son los únicos y regularmente salen en la prensa artículos cuya única intención es reavivar la llama de esta "pseudo-polémica".

Basta de polémicas inútiles, señores. Lo que tenemos que conseguir es que la sociedad apoye también a los padres que creemos que lo mejor para nuestros hijos no es dejarlos 12 horas en la guardería desde los 4 meses de vida cuando los mejores cuidadores son su propia madre o su propio padre, o darles leche de vaca cuando tenemos nuestra propia leche humana, u obligarles a dormir solos cuando pueden dormir con sus padres, o tratarlos como personas en pleno derecho y no como seres inferiores que nos pertenecen, o dejar que se desarrollen a su ritmo y no al ritmo de unos promedios y unos patrones que sólo cumplen una minoría de chiquillos.

Quiero ejercer mi maternidad como me pide mi Deseo Maternal y quiero que la sociedad me apoye en ello de la misma manera que en la actualidad apoya a las madres que deciden ignorarlo. Y para esta exigencia cuento con el aval de la ciencia, que ha demostrado y sigue demostrando que lo que mi Deseo me pide hacer con mi hijo es lo mejor para él y para mí y por lo tanto para la sociedad en conjunto. Lástima que sea necesario demostrar científicamente la supremacía de lo que la madre naturaleza ha diseñado durante ciento de miles de años de evolución frente a lo que a la mente humana se la ha ocurrido en los últimos siglos, pero así están las cosas y por eso me molesto en citar a la ciencia, porque basándome en ello creo que tengo derecho a decir que:

Quiero seguir siendo una mujer completa, personal y profesionalmente, a la vez que crío a mis hijos y eso, hoy por hoy, es imposible. Me obligan a elegir y NO QUIERO QUE ME OBLIGUEN A ELEGIR.

Si las cosas fueran diferentes yo no tendría que elegir: si me permitieran integrar mi maternidad en mi vida pública, profesional y social, en lugar de obligarme a "quedarme en casa" para poder criar a mis propios hijos, la sociedad podría beneficiarse de todo mi potencial  a la vez que se beneficiaría de unos hijos que crecerían sin la herida producida por la carencia. Para eso sería necesario adaptar el mundo del día a día de los adultos a la presencia de sus niños, y esto sería posible, pero no nos dejan, porque los inamovibles de siempre se dedican a predicar a los cuatro vientos que las cosas solo pueden ser como son y a crear polémicas sin sentido.

Todo podría ser muy diferente. Quiero que todo sea muy diferente y no quiero que las cosas sigan como están.

Así nos beneficiaríamos todos, no sólo las radicales madres que practicamos esa  ¿madrephilia? y sus retoños. Porque abrir la puerta al Deseo Maternal será bueno para todas y para todos, empezando por las mujeres que ni siquiera saben que lo tienen cuando les ponen a su hijo en brazos.

Y para finalizar os dejo una palabras de Casilda Rodriganez de su libro "La represión del deseo materno y la génesis del estado de sumisión inconsciente". (Ediciones Crimentales 2007)

" La madre entrañable da la vida, no retiene ni es posesiva. Las criaturas cuanto más y mejor han satisfecho sus deseos maternos, vuelan antes y mejor. La mamitis es la enfermedad de la falta de madre; la superabundancia de madre verdadera no enferma sino que expande la vida, allí donde se da."

Foto tomada de El País (22 de Mayo del 2012). La senadora del PSC Iolanda Pineda lleva a su hijo al pleno del Senado.





EDUARDO ESTIVILL: "existen investigaciones muy serias sobre las mamás que están en contra de estas ideas y la mayoría presentan una psicopatología en su forma de ser"

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Ahí os dejo esta frase del "doctor" Estivill  publicada en la revista RE-VISTA  y que me ha llegado vía Facebook de la mano de Nohemí . No puedo evitar compartirla porque precisamente ayer les leía a mis hijos - antes de dormir, cuando los cuatro estábamos estirados en nuestra cama familiar - el tradicional cuento "El traje nuevo del emperador" de Hans Christian Andersen (Cuentos didácticos VOX, editorial Biblograf S.A. Octubre 1976).

¿Lo recordáis?

En resumen: un par de timadores convencen al emperador de que le han hecho el más maravilloso traje del mundo el cual es de una hermosura inmensa pero absolutamente invisible para los tontos y los que ocupan un cargo que no merecen. Así consiguen que el desgraciado emperador se pasee desnudo por todo su reino, mientras la gente "admira" su maravilloso traje, hasta que un niño grita a todo el mundo que el emperador va desnudo, poniendo en evidencia lo que todo el mundo sabe pero teme reconocer porque, si lo hace, le tacharán de tonto y perderá su puesto de trabajo.

Así que el doctor Estivill se acaba de convertir en nuestro timador de la vida real, haciéndonos comulgar con ruedas de molino a los pobres padres, so pena de que si no estamos de acuerdo con sus métodos es porque tenemos problemas psicológicos en "nuestra forma de ser".

Para ello hace referencia siempre a esos hipotéticos estudios tan serios, pero que no cita NUNCA para que todos los psicópatas, como yo misma, podamos leer de primera mano semejantes evidencias.

Doctor Estivill, en esta revista usted ha pasado una frontera muy peligrosa.

Si fuera más rica y viviera en España le denunciaría por vía judicial. Pero como no lo soy me quedaré con las ganas y me conformaré con denunciar sus falsedades y MALDADES desde mi blog.

Aunque yo también acabo de pasar una frontera porque en mi blog nunca había insultado a nadie (al menos no voluntariamente) y ahora lo he hecho. Pero es que no era para menos.

El resto de la entrevista no tiene desperdicio, y cabe destacar la imagen de "joven solidario que trabaja voluntariamente con niños enfermos" que da en la primera pregunta. Pues ha cambiado usted mucho, doctor Estivill, parece que los buenos sentimientos le han abandonado completamente en estos años. Que lástima, de verdad, que lástima, porque seguro que tenía usted un potencial enorme para contribuir con algo postivo a esta sociedad de locos. Lástima que haya perdido la batalla contra su propia herida y se dedique a dar sablazos a  las nuevas generaciones de niños.


DOCUMENTAL "VIENTRE DE MUJER"

NUESTRA SEXUALIDAD FEMENINA AL COMPLETO

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Hace algunos años una amiga de mi madre, madre a su vez de una vieja amiga mía, me comentaba que su hija había decidido parir por cesárea y dar el biberón porque no soportaba los dolores de parto y la lactancia le resultaba terrible. Esta conversación no se me va de la cabeza. En su momento no dije nada ¿Que iba a decir? imposible explicar con palabras lo que esta mujer y su bebé se iban a perder.

Hay cosas que no se pueden explicar, que no se pueden enseñar, que no podemos hacer llegar al que no quiere o no está preparado para saberlas. Cada persona tiene que llegar a ellas siguiendo su propio proceso. Para mí, el descubrimiento de mi sexualidad maternal fue un proceso personal de autoexploración, de inmersión en mi naturaleza humana y femenina que, si bien fue ayudado por información llegada desde afuera, nació y creció dentro de mí cuando yo le dejé hacerlo.

¿Cual fue el primer paso? Ahora no sabría decirlo. Tal vez no hubo un sólo primer paso sino pasos claves que fueron redirigiendo mi camino. Desde luego convertirme en madre marcó el principio de un proceso de metamorfosis y cambio. La sensación continua de frustración y carencia que me inundó en mi primer puerperio fue el impulso que me obligó a tomar un determinado camino.Un camino que no tenía marcha atrás:


El descubrimiento de mi deseo maternal.

Yo deseaba a mi hijo y este deseo era un sentimiento tan real, fisiológico y espiritual como ese deseo, aceptado y conocido, por realizar el coito con mi compañero; ese deseo coital que me llevó a la siguiente y desconocida fase de mi sexualidad femenina: la maternal. Pero el cambio de fase no fue reconocido, ni por mí ni por mi entorno. Al menos no en toda su inmensidad ya que quedó reducido a 40 días de ridícula cuarentena.

Y esto no es una afirmación filosófica sino fisiológica. Las hormonas me dan la razón. El aumento de la prolactina tras el parto se asegura de que el efecto de la oxitocina sobre nuestro deseo sexual coital se convierta en deseo maternal, o sea, de que todo nuestro deseo se dirija hacia nuestra criatura.


Y en mi fase de sexualidad maternal yo deseaba estar con mi hijo continuamente, cogerle, abrazarle, besarle, AMAMANTARLE, acariciarle, protegerle, mirarle, dormirnos brazados y tenerlo lo más cerca posible de mí. Y todo ello de la misma manera con la que deseaba a su padre: sin normas, sin tiempos, sin reglas, con aceptación y naturalidad.

Pero mientras que todo el mundo me entendía cuando años atrás me enamoré de mi marido y quería verle a todas horas, tocarle, besarle, dormir a su lado y hacer el amor con él, parece que nadie entendía una necesidad semejante por mi recién nacido y, en lugar de respetar mi Deseo Maternal, me llenaron de normas absurdas que lo acallaron convirtiendo mi maternidad en una lucha entre lo que mi hijo necesitaba y deseaba y lo que yo pensaba que quería y estaba dispuesta a darle.

Me convencieron de que estaba triste, estresada y decaída porque no tenía tiempo para mí, porque no podía descansar, porque necesitaba "mi espacio". Ese espacio sagrado en nuestra sociedad de individualidades que sólo permitimos que sea violado para realizar el coito.

Me convencieron de que la ayuda que necesitaba era para cuidar a mi hijo, y no para cuidarnos a los dos y mantener un entorno propicio para que él y yo nos mantuviéramos unidos tal y como necesitábamos estar.

Me convencieron y me convencí. Hasta que harta de mastitis, ansiedad y lloros de él y míos abrí los ojos y me tiré al mar de la maternidad guiada por el deseo.

Pero no fue un visto y no visto. No fue fácil. La liberación no es en un instante, sino un proceso largo lleno de conflictos, contigo misma y con el entorno. Vivir en toda su plenitud el deseo maternal en nuestras condiciones sociales es ir contracorriente y conlleva continuas críticas de tu entorno, cercano y no cercano porque para opinar sobre la vida privada de los demás siempre hay tiempo. Y si no aquí tenéis una muestra de las frases que he tenido que oír en estos últimos años, algunas de gente muy querida para mí:

- "¿Duermes con ellos? ¿Y que pasa con la intimidad de pareja?". (Pues que cuando nos interese la trasladaremos a otra estancia de la casa.)

- "Es normal que llore al dejarlo en la guardería. Luego estará tan contento y se le pasará en unos días" (Claro, nadie aguanta llorando eternamente. Se adaptará, no le queda otra, pero lo que a mí me preocupa es a que precio.)

- " Mételos en su cama aunque lloren. Hay que acostumbrarlos a dormir a su hora y solos" (Sin comentario)

- "Los niños ya son mayores para dormir con vosotros. No es bueno para vosotros ni para ellos" (Y se quedó tan ancho)

- "Lo que nunca puedes hacer es dejar de cuidar tu vida de pareja" (Ya, pero es que ahora tenemos una "vida de familia")

- "Ya puedes empezar a cuidarte que tu marido va a mirar a otras" (Pues va a ser que mi cuerpo post-embarazo me encanta, con sus pechos llenos de leche y mi barriga fofa.)

- "Aquí tienes el lubrificante vaginal" ( Al finalizar la revisión de los 40 días tras el parto. Yo ni había comentado nada ni había pedido ningún lubrificante)

-"¿Todavía dando teta? ¡Pero si este bebé debe rondar ya el año!"

- "¡Dios mío! ¡El año pasado me sorprendiste pero es que verte dando teta este año a un niño tan grande!!!!! ¿Hasta cuando? ¿Hasta que vaya a la mili/tenga novia/vaya a la universidad?" (Yo a esto, que ya es un clásico, suelo contestar que para entonces estará prendidito a las tetas de otra)

-  "Yo cada año me voy unos días/una semana con mi marido a solas. Es FUNDAMENTAL." (¿Y por qué yo no me siento capaz de separarme ni 24 horas de mis hijos? ¿Será que tengo una "psicopatología en mi forma de ser"?)

Son demasiadas generaciones de patriarcado donde la pareja es todavía "sagrada", a pesar de que la unión ha dejado de ser "hasta que la muerte os separe" (combinación que complica muchísimo la vida de los hijos, pero esto sería tema por sí mismo para otro post). Pero el cambio en el concepto de pareja que ha habido en las últimas décadas en España, o en la sociedad occidental en general, no ha variado demasiado lo fundamental: el núcleo de la familia y, por lo tanto, el pilar de la sociedad, es la pareja. Así se hace imprescindible protegerla de todo aquello que amenace su estabilidad o interfiera con su intimidad, y entre estas cosas están los hijos. Y esto dificulta de manera asombrosa que nosotras podamos liberarnos y dejarnos llevar por nuestro deseo maternal en toda su plenitud. Hace falta unos compañeros muy maduros, muy generosos, con sus propias sombras y carencias muy superadas, capaces de acompañarnos en este proceso sin sentirse celosos, dados de lado, abandonados o "sin sus necesidades cubiertas".

En su lugar la mayoría de mujeres nos encontramos con compañeros que reclaman la atención que recibían antes de convertirse en padres. Reclaman a la mujer que éramos y en la fase sexual que les satisface a ellos y no al bebé. Y nosotras, que no queremos perderlos, nos sentimos culpables porque tras los cuarenta días de rigor todavía no les deseamos como antes, porque nuestros deseos van en otra dirección y necesitamos perdernos en ellos como nos perdimos en el pasado en el deseo por el padre de nuestro hijo. Y nos esforzamos por cambiar de fase cuando todavía ni nosotras ni nuestros bebés estamos preparadas.

A veces ni nos permitimos entrar en la fase de sexualidad maternal y directamente ni empezamos a amamantar, o convertimos el amamantamiento en una tortura al intentar controlarlo con el neocortex, como si se tratara de un simple medio de alimentar a nuestro hijo en lugar de un comportamiento derivado de nuestro deseo maternal y, por lo tanto, de un acto sexual maternal. Así a los 40 días estaremos de nuevo dispuestas a realizar el coito. Las que amamantamos, intentaremos acallar los gritos de nuestro cuerpo que nos pide que todavía no es el momento, no es la fase correcta para ese ahora, e iremos a la farmacia a comprar lubrificantes vaginales no vaya a ser que él no quede satisfecho (si no nos lo ha dado antes nuestro ginecólogo por iniciativa propia). Así nos hundimos en un satisfacer a otros: a nuestro hijo (que por otra parte es lo que nos pide el cuerpo) y a nuestro hombre (que es lo que la sociedad encuentra "normal"). Pero satisfacer a los dos parece imposible y el que va a salir perdiendo es, indiscutiblemente, el niño.

Mandaremos a nuestro hijo a dormir a otra cama para que no interfiera en nuestra intimidad de pareja. Le impondremos horarios para que no interfiera en nuestra rutina de pareja. Le mandaremos unos días a casa de los tíos o los abuelos para que nos deje espacio "para vivir" la pareja.

Luego nos asombraremos de que la maternidad/paternidad sea tan complicada, los hijos tan difíciles y la vida tan cuesta arriba. Pero eso es "lo normal".

Porque el problema no es que la pareja se considere "sagrada", que para mí si lo es, sino que a la unión de la madre con su hijo no se le considere también, porque lo es y de una manera mucho más intensa, si se me permite decirlo.

Desde su concepción madre e hijo son uno sólo, ligados por la fisiología y por el deseo del uno por el otro de manera recíproca. Tras el nacimiento, el bebé sigue sintiéndose parte de su madre y la madre tiene todo el arsenal biológico necesario para satisfacer este sentimiento/necesidad del bebé. Esto es parte de nuestra sexualidad humana, de la de todos. Todos hemos sido bebés y hemos estado en esta fase. Las mujeres que nos convertimos en madres vivimos también la otra parte de la diada. No será hasta pasados unos meses que el bebé descubrirá que es un ser independiente de su madre y empezará a crear vínculos con el resto, empezando con su padre (si ejerce como tal) y siguiendo por las personas (familia o no) más cercanas. Pero toda la vida afectiva de este niño se cimentará en la relación primal con su madre.

Por eso creo que es tan importante y fundamental respetar la sexualidad maternal que protege y desarrolla el vínculo madre-hijo. En esta sociedad la sexualidad maternal no existe. Como dice Casilda Rodrigañez en su libro "La represión del deseo materno y la génesis del estado de sumisión inconsciente", han matado a La Madre. La madre deseosa que cubre los deseos de sus hijos, criando seres humanos libres de carencias, ha desaparecido. Y las consecuencias de eso son lo que vivimos ahora. Ni más ni menos. Para bien y para mal.

Por eso, teniendo en cuenta que la humanidad no va precisamente por buen camino, vale la pena replantearse esta situación y empezar a recolocar los cimientos de la nueva generación.

Tenemos que resucitar a La Madre que satisface los deseos primales de sus hijos y creo que eso pasa obligatoriamente por el reconocimiento de la existencia de la SEXUALIDAD MATERNAL. Nos han robado una parte muy importante de nuestra sexualidad y, por lo tanto, de nuestra identidad. Parece que pocas somos conscientes y, muy desgraciadamente, en esta sociedad de "mujeres liberadas" se venden más libros de Elisabeth Badinter o Eduard Estivill (Que bajo mi punto de vista son ramas de las mismas raíces) que de Casilda Rodrigañez o Michel Odent.

Pero es evidente que vamos abriendo los ojos y cambiando poco a poco. Basta con leer este fantástico artículo de nuestra mamá bloguera de 38 años y un día escrito como respuesta al tan poco acertado de Bebes y Mas La sexualidad en el postparto para ver que cada vez somos más reclamando nuestro derecho a vivir nuestra sexualidad al completo en lugar de la versión reducida (en perpetua fase coital) que el patriarcado nos quiere vender.

¿QUIÉN MATÓ AL COMENDADOR? FUENTEOVEJUNA, SEÑOR. Desmontando las mentiras de los conductistas recalcitrantes.

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Desde Amor Maternal os traigo esta preciosa imagen diseñada por Louma que nos sirve para ilustrar la convocatoria dirigida a todas y todos los facebookeros, twiteros y blogueros.

Tanto en Amor Maternal como en Tenemos Tetas podéis encontrar la explicación pormenorizada de este evento, aunque os traigo aquí del grupo de Facebook "Día mundial del sueño feliz" las instrucciones más básicas:

Queremos que el hashtag #desmontandoaEstivill se convierta en trend topic en Twitter y que blogs, páginas y perfiles de Facebook se llenen de mensajes a favor del Sueño Feliz.
Para ello, las acciones son las siguientes:


-Súmate al grupo de Facebook o al evento.

-Si eres bloguera o bloguero, anuncia ya este evento en tu blog. Especifica que el hashtag #desmontandoaEstivill solo hay que usarlo el día 29 en Twitter. Haz un post ahora anunciándolo y publica otro post el 29 contando tu experiencia de sueño feliz.

-El día 29 (y nunca antes) comparte todos los artículos, citas, testimonios que quieras sobre sueño feliz acompañando a tu hijo, a través de tu perfil o tu página de Facebook, y a través de Twitter.

-El día 29 (y nunca antes) tuitea y retuitea todas las razones que tienes para acompañar a tu hijo a dormir, todos los argumentos científicos que encuentres, todas las ideas que quieras, bajo el hashtag#desmontandoaEstivill


Os animo a todos a participar para que la información veraz, contrastada y completa corra libre por la web, y así impedir que nos mientan a la cara, como viene sucediendo de tanto en tanto, o de entrevista en entrevista, últimamente.


¡MÍRALES A LOS OJOS!

DÍA MUNDIAL DEL SUEÑO FELIZ

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Hoy más de 3500 personas, convocadas en menos de una semana por dos madres blogueras, hemos declarado que es el Día Mundial del Sueño Feliz. 


¿Por qué?


En primer lugar porque nuestros hijos se merecen que hagamos lo mejor para ellos y para eso tenemos que estar bien informados.


Y para estar bien informados necesitamos tener TODA la información a mano. No sólo la que se nos quiere dar, la que conviene que creamos o la que algunos personajes nos quieren hacer creer. 


Desde aquí quiero declarar que nuestros hijos no tendrán una "patología del sueño por hábitos incorrectos" porque nosotros hagamos con ellos lo que miles de generaciones de seres humanos han hecho para dormir a sus hijos: mecerles, cantarles, acompañarles, colechar con ellos, besarles, abrazarles, darles seguridad, cubrir todas sus necesidades y, en definitiva, cumplir con nuestra obligación de padres.


Porque desde aquí quiero denunciar que el doctor Estivill MIENTE cuando dice que no hay controversia en el mundo científico. La controversia está y desde diferentes disciplinas como la medicina, la psicología, la antropología y la pedagogía, numerosos prefesionales entre los que se encuentran  John MacKenna,Margot Sunderland, William Sears, Jean Liedloff, Laura Gutman, Sue Gerhard, Allice Miller, Desmond Morris, Allan Shore, Ruth Feldman, James SwainIbone Olza, Rosa Jové, Carlos Gonzalez, Jose María Paricio, Ramón Soler, Leslie Power....... etc, investigan,dan argumentos y se posicionan claramente en contra de la aplicación de estos métodos conductistas que, como el propio doctor Estivill declara en su página web, están basados en los experimentos realizados hace más de un siglo por Pavlov, Watson y Skinner, entre otros. Todo muy científico, sí, pero muy poco adaptado a los conocimientos actuales sobre el efecto del estrés en el desarrollo del cerebro y las genuinas necesidades de nuestras crías, mamíferas además de humanas. 


Todavía no se han hecho los suficientes estudios para asegurar que la aplicación de el "Método Estivill" (o "Ferberización" en Estados Unidos) no tiene efectos a largo plazo en la salud física, psicólogica y emocional de los niños y, además de esto, diversos trabajos parecen indicar que sí lo tiene y no precisamente para bien. A pesar de ello - y de que el propio padre del método, el doctor Ferber, parece haber suavizado bastante su discurso aceptando el colecho como una opción para dormir tan válida como cualquiera - el doctor Estivill sigue diciendo en sus entrevistas que la bondad de su método está científicamente demostrada, que los niños que colechan sufren efectos indeseables por esta práctica y que las madres que estamos en contra de este sinsentido tenemos una psicopatología en nuestra forma de ser. 


¿De verdad esperaba, doctor Estivill, que nos quedáramos de brazos cruzados frente a semejantes declaraciones?


Pues va a ser que no. Hoy declaramos el Día del sueño Feliz, y tanto Twiter como Facebook y los diferentes blogs maternales, se llenarán de mensajes informando a los padres de lo que el doctor Estivill no quiere admitir: que su método se desmorona, se hunde en su propia crueldad y sinsentido y, por el bien de las futuras generaciones, espero que tenga los días contados. 






INSOMNIO ADULTO POR HÁBITOS INCORRECTOS

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Estos últimos días estoy teniendo el enorme placer de profundizar en esa bibliografía tan amplia, importante y misteriosa, citada por nuestro admirado Dr Estivill en varias de sus últimas entrevistas. Y digo misteriosa porque en ninguna de dichas entrevistas he conseguido leer las citas con los datos necesarios para localizar los artículos, pero una tiene sus recursos y al final todo se consigue.

Por eso ayer pude deleitarme con uno de sus artículos que más me picaba la curiosidad. Me refiero al siguiente (yo si que voy a daros todos los datos ;o)):

Estivil E. Insomnio infantil por hábitos incorrectos. Revista de Neurología 2000; 30 (2): 188-191

Conseguir este artículo me ha traído un tanto de cabeza porque aunque en él Estivill está describiendo esa supuesta patología en la que basará todo su método, la revista no es de las más conocidas y populares del sector en el ámbito internacional, así que he necesitado del favor de una buena amiga virtual para conseguirlo. 

El artículo en sí ha sido bastante decepcionante porque me esperaba una descripción rigurosa de esta nueva "enfermedad" pero me he encontrado prácticamente lo mismo que se puede leer en muchos medios de divulgación no científica donde Estivill habla de su método. A pesar de todo he obtenido algunos datos interesantes. 

En primer lugar, Estivill define esta patología como el insomnio que sufren los niños como causa de una deficiente adquisición de lo que el denomina el hábito del sueño:

"Existe una distorsión y una desestructuración por asociaciones inadecuadas que el niño hace con su sueño, normalmente debidas a los numerosos cambios realizados por los padres para intentar que el niño se duerma"

O sea, el niño quiere dormir acompañado y reclama a sus padres, a ciertas edades especialmente a su madre. Esta presencia suele estar relacionada con algún "acto" como coger en brazos o amamantar o, más tarde, leer cuentos o tomar un vaso de agua , yo creo que más que nada porque los adultos no sabemos simplemente "estar" y parece que siempre tenemos que hacer algo para dar una razón a nuestra presencia, por lo que el niño se agarra desesperado a darnos razones para que nos quedemos. Como el niño no se duerme sin estas acciones, aunque lo que realmente ocurre es que el niño no se duerme sin asegurarse de que sus padres se mantienen ahí a su lado, queda establecido que sufre insomnio. 

Estivill opina que en nuestro ambiente lo correcto es que: 

"... un niño de 6-7 meses debe iniciar el sueño sólo, sin llanto, con una duración de, al menos, 11-12 horas seguidas y sin despertares que interrumpan el mismo. Puede utilizar un muñeco de peluche como "amigo acompañante" (objeto transicional), debe dormir en su cuna y con la luz apagada"

Aunque, curiosamente, también admite que:

"Los niños pueden aprender a dormir solos, acompañados por los padres, en el sofá, en su cama, en la de los padres etc."

Quiero concretar que cuando dice que "pueden aprender a dormir", se refiere que pueden aprender el  hábito de dormir de una manera determinada (solos, acompañados, en la cuna o en la cama familiar), porque es evidente que, lo que se dice dormir, todos los niños saben y lo que sí aprenden es un hábito, como muy bien explica el mismo Estivill en su artículo. Por lo tanto, el hábito de dormir acompañado es incorrecto y el de dormir solo es correcto, aunque eso sólo ocurra en "nuestro ambiente". Para mí es evidente que con estas palabras Estivill está admitiendo que la forma en la que quiere obligar a dormir a nuestros hijos tiene unas bases absolutamente culturales e independientes de la medicina o de nuestra biología, algo de lo que los etnopediátras y antropólogos vienen informándonos desde hace ya tiempo. Y a pesar de ello él está convencido, e intenta convencernos, de que los niños que no duermen así tienen una patología llamada "insomnio". Yo no sé, se me debe de estar escapando algo porque todo esto me parece una auténtica barbaridad. 

Pero evidentemente estivill no está solo. La Clasificación Internacional de los desórdenes del Sueño -2 (ICSD-2), publicada en el año 2005, añadió esta patología, llamada en inglés "Behavioral insomnia of childhood" (BIC). Ya en su versión anterior publicada en el 2001 y que se encuentra gratuitamente en internet,  (The International Classification of Sleep Disorders, Revised) ya podemos encontrar  la definición de las presentaciones clínicas del BIC por separado:


* El llamado "Sleep-Onset Association Disorder", o también "Inappropiate sleep-onset associations" , (SOA),  y que podría ser traducido al castellano como "desorden del inicio del sueño por asociaciones inapropiadas". Citando el ICSD textualmente:

"....ocurre cuando existe un comienzo del sueño defectuoso debido a la ausencia de ciertos objetos o circunstancias y es principalmente un problema de la niñez. El sueño es normal en ciertas condiciones pero, en ausencia de las mismas, la transición de la vigilia al sueño, tanto al comienzo de la noche como tras los despertares nocturnos, se ve retrasada. Los adultos también pueden tener este desorden, afectándoles sólo al inicio de la noche. En niños, el número de despertares nocturnos puede parecer excesivo para los cuidadores, aunque su frecuencia es normal. Cuando se restablecen las condiciones adecuadas, se vuelven a dormir rápidamente; el problema es que las condiciones asociadas necesarias para el inicio del sueño suelen implicar la presencia y participación del cuidador."

* El  "Limit-setting sleep disorder" , en castellano "Desorden de establecimiento de límites" .

Es un desorden principalmente de la infancia que se caracteriza por una aplicación inadecuada por el cuidador de las horas de ir a dormir, por lo que el paciente retrasa o rehusa ir a dormir a la hora correcta."


En este documento también podemos leer algo interesantísimo sobre el SOA, teniendo en cuenta las amenazas que Estivill nos lanza a los irresponsables padres que no queremos enseñar a nuestros hijos hábitos correctos:

"Sin tratamiento su curso  es variable. En bebés puede resolverse espontáneamente. Con frecuencia, de todas formas, los síntomas perduran hasta la edad de tres o cuatro años, cuando mamar, tomar biberón o chupetes, ser acunados o llevados en brazos disminuye marcadamente. los rituales de irse a la cama también cambian (e.g., contar cuentos reemplaza a acunar). Ocasionalmente, los síntomas pueden perdurar hasta que el niño es más mayor, especialmente si el niño comparte cama con sus padres, por lo  menos durante la transición desde la cuna a la cama compartida. Aunque nada sugiere que los niños con este problema sean más propensos a desarrollar algún tipo de insomnio como adultos, la incidencia de estos resultados no es conocida. De la misma manera no se sabe si el tratamiento en la infancia altera la frecuencia de los problemas de sueño en el adulto." 

Vaya, va a ser que no está en absoluto demostrado que estemos condenando a nuestros hijos a una vida de insomnio y desórdenes del sueño. Menos mal. 

También nos dicen que desde los seis meses a los tres años (antes consideran normal los despertares nocturnos) presentan este desorden entre un 15% a un 20%. ¡Madre mía, menuda epidemia! Tal vez tengan que replantearse esta ventana de edades y reconsiderar lo que presuponen "normal". Después la frecuencia disminuye marcadamente, menos mal. El desorden es relativamente raro en adultos. 

Es esta última afirmación la que me hizo replantearme todo el concepto ¿ Realmente los adultos no tenemos ninguna asociación necesaria para empezar a dormir?  ¡Por supuesto que las tenemos! Quién no necesita oscuridad, necesita silencio o ambas cosas, e incluso hay quien necesita a su pareja, cuando no la almohada de toda la vida o su propio colchón. Así que lo siento, pero me parece que asociaciones tenemos todos y que todo se limita a lo que en "nuestro ambiente" se considera asociación correcta o incorrecta, aceptable o "inaceptable". 

O sea, tal y como yo lo entiendo, en nuestra sociedad occidental la necesidad primal del niño de disfrutar de una serie de circunstancias para iniciar el sueño - como son la presencia de un adulto y ser acunado, amamantado o sostenido -  se considera un "desorden" por "hábitos incorrectos", mientras que la presencia de otras - como la oscuridad, el silencio, el muñequito Pepito o el chupete - no.

Muy científico.

Y ahora que me expliquen porque unas circunstancias definen una patología o desorden, como quieran llamarlo, y otras no.

Porque basándome en todo esto yo llego a la conclusión de que tengo "Insomnio Adulto por Hábitos Incorrectos". Si señor. Ahora mismo os lo explico.

Resulta que mis padres me "spockerizaron". Sí, sí; el doctor Spock, a pesar de ser un avanzado para la época que le tocó vivir, no puede evitar ser un hijo de su tiempo - todavía faltaban varias décadas para John McKenna, Margot Sunderland, Rosa Jové o Carlos Gonzalez -  y recomendaba, o más bien exigía, que los bebés a partir de los tres meses tenían ya que dormir solos en su cunita. Si lloraban, ya callarían, y si se escapaban de la cuna, con una redecilla sobre la misma se solucionaba el problema. Como yo ya hice en alguna ocasión un salto mortal con voltereta doble hacia el suelo, acabé con la redecilla sobre mi cuna.

Lo dicho: me "spockerizaron". Así, desde mi más tierna infancia me acostumbré a dormir sola, sin un ruido, sin un movimiento, sin luz. Resultado: cuando empecé a dormir con mi marido, pasada la época romanticona de ser capaz de todo por estar lo más cerca posible de él las 24 horas del día, no podía dormir. Los "grrrr,grrr", "nk, nk,..." , "bffff, bffff.....", "shhhhh, shhhh...." me despertaban, impedían que me durmiera y convirtieron mis noches en una guerra de pataditas y pellizcos para obligarle a cambiar de postura y conseguir mi necesario "silencio absoluto".

Curiosamente nadie me dijo que tenía que sacar a mi marido de mi cama, no. Yo misma asumía que lo normal era dormir con él y que, o bien ya me acostumbraría yo, o bien ya se acostumbraría él a cambiar de postura a la primera patadita para mantenerse silencioso. Como mis problemas para dormir son el resultado de dos comportamiento aceptados socialmente - me acostumbré a dormir sola de pequeña y ahora tengo que dormir con mi marido -  no son ni un desorden ni una patología llamada "insomnio".

Luego llegaron los niños. Nunca les he dejado llorar pero tardé un tiempo en mentalizarme de que lo que necesitaban para dormir era, simplemente, mi presencia. Primero con mi pecho, luego con el contacto de mi cuerpo y el sonido de mi voz ya bastaba (como no necesitaban buscar razones para que me quedara con ellos porque yo, simplemente, siempre me quedaba con ellos, nunca hubo otros reclamos). Con algo tan sencillo como dormir con ellos, ellos dormían y duermen  como lirones. Así que por su parte ningún problema. Por el mío sólo uno: de repente el mediano, que se chupa el dedo, ha empezado a hacer un ruido terrible de manera intermitente durante gran parte de la noche. Me despierta y ya no duermo hasta que para. Es terrible.

Pero ¿De quién es el problema? Porque todos los demás duermen como benditos, incluido mi marido con sus ruiditos (que por cierto, ha dormido con su hermano toda la infancia). Por supuesto, si comento este problema me dirán que tengo que sacar al niño de nuestra cama, de hecho debería sacar a los tres que ya deben de estar hasta la orejas sumergidos en ese terrible "Insomnio Infantil por Hábitos Incorrectos". Que yo seguiré sin dormir bien por los ruiditos de mi marido es irrelevante. Los niños a su cama y nosotros a la nuestra.

Pero en todo esto yo no puedo dejar de fijarme en como mis hijos, que han dormido toda la vida acompañados, no se despiertan ni aunque el mediano y el padre se pongan de acuerdo en el concierto y nos deleiten durante un par de horas nocturnas con su más variado repertorio. Tampoco les importan las múltiples colisiones ocasionadas por los cambios de posturas y las diversas orientaciones que cada cual prefiere en el lecho familiar. Aquí la única con los ojos como platos soy yo.

Y ¿Por qué?

Porque me enseñaron ese correctísimo hábito que se da en nuestro ambiente de dormir sola, en silencio, oscuridad y en la más absoluta tranquilidad. Si no, no duermo. 

Así que, bajo mi punto de vista y seguro que bajo el punto de vista de gran parte de la humanidadque habita y ha habitado el planeta en su historia, yo  SÍ tengo un desorden del sueño; desorden que podría calificarse de insomnio, cuyo origen se encuentra en la "reprogramación" que recibí de niña y que cambió la necesidad que tenía de dormir con mi madre, acompañada y protegida, a la necesidad de dormir en un ambiente de silencio absoluto y oscuridad

Así de simple.

Como espero que mis hijos algún día compartan la vida con otra u otras personas, no veo ninguna necesidad para realizar en ellos esta "reprogramación" y prefiero respetar su deseo primal de dormir acompañados. Así se acostumbran a dormir a pierna suelta entre los chupeteos de su hermano y los ruiditos de su padre, por no hablar de una madre que se pasa la noche: "SHHHHH SHHHH; sácate el dedo de la bocaaaaa que no me dejas dormiiiiir"..... "SHHHHHH ponte de lado que roncas, y no me dejas dormiiiiiir"........ (evidentemente ninguno de los dos se despierta para hacerme caso)

Yo no sé como re-programarme o despockerizarme. Tal vez con un par de tapones para las orejas baste. 



(*) Actualización del 24/10/2012: En la última versión publicada en el año 2005 la Clasificación Internacional de los desórdenes del Sueño-2 sí incluyó el llamado Behavioral Insomnia of Childhood, cuyas dos manifestaciones clínicas son el


AMANDO...

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"Amaros los unos a los otros como yo os he amado", dijo ese  gran ser - humano y/o Dios, eso a mí no me importa demasiado - que cambió el mundo con su nacimiento. 


2000 años después parece que no le hemos hecho mucho caso, más bien al contrario, pero de vez en cuando ocurren cosas y la gente saca de su corazón esa capacidad de amar a los demás que parece que tengamos tan escondida.


Estos últimos días la blogosfera maternal me ha mostrado un ejemplo de Amor precioso. Todo ha llegado de la mano de Alba Padrós y en su blog podéis leer lo ocurrido. Así, en pocas palabras, una mujer, madre de una criatura de un mes, fue atropellada en Barcelona cuando se dirigía a una reunión de su grupo de lactancia ALBA. Allí mismo, en el lugar del accidente, pide a sus compañeras del grupo que amamanten a su niña. Y a partir de ahí, contra viento y marea, Alba y sus compañeras organizan la recogida de leche materna necesaria para alimentar a la pequeña hasta que su madre esté en condiciones de continuar con la lactancia. La respuesta ha sido impresionante. 


En unos minutos un grupo de mujeres se organizan para cuidar y arropar a madre e hija, consiguiendo leche suficiente para la pequeña y vaciando los pechos de su madre para evitarle complicaciones y mantener la producción. 


En unas pocas horas el mensaje pidiendo leche vuela incluso fuera de Barcelona y el arcón refrigerador de Alba rebosa. La respuesta es inmensa, impresionante, y Alba da las gracias repetidamente en su muro de Facebook. El marido de la mujer atropellada también escribe una carta agradeciendo a todas las madres por la donación de lo mejor que tienen: su leche. 


Os confieso que, a pesar de que conozco las recomendaciones de la OMS sobre las prioridades a la hora de alimentar a un lactante (página 10, punto 18 del enlace) y de que soy monitora de la Liga de la Leche, no estaba convencida de que lo mejor para el bebé fuera alimentarse de leche de mujeres que no eran su madre, algunas tal vez desconocidas,  y que no había pasado por los procesos de esterilización por los que pasa en un banco de leche oficial. Contacté con Alba porque me interesaba mucho saber las razones que le llevaban a organizar toda la recogida de leche humana y lo cierto es que, lo confieso, le había infravalorado: La bebé no estaba recibiendo leche donada sin ton ni son, sino leche perfectamente conocida y controlada. Las madres que la alimentaron directamente eran amigas cercanas y de plena confianza de la accidentada. La leche de madres "desconocidas" sería esterilizada convenientemente, a pesar de que todas eran mujeres que habían parido con Inma Marcos y, por lo tanto, perfectamente conocidas por esta gran comadrona. 


En fin, que todo esto me ha hecho reflexionar mucho y me ha llegado al corazón. Mucha gente, muchísima, no entenderá en absoluto tanto revuelo pudiendo darle a la niña leche adaptada durante unas semanas y pensará que, que barbaridad, que como se complican la vida estas "talibanas de la teta". 


Pero lo cierto es que todo ha sido un precioso e inmenso ejemplo de Amor. En una sociedad que ha olvidado la importancia de la lactancia materna, que mayoritariamente cree que la leche de vaca adaptada "es lo mismo", cerrando los ojos y quitando importancia a las evidencias científicas que cada día descubren hasta que punto no lo es, un grupo de mujeres ha abandonado su rutina diaria para dedicarle a esta madre y su bebé un poco de su tiempo y de su cuerpo, respetando así el deseo de que su hija siguiera siendo alimentada con leche humana. 


Así que la pequeña sigue recibiendo leche materna hasta que su madre se recupere, la madre se enfrenta a la dura recuperación que le espera con la certeza de que su hija recibe lo que necesita y de que ella y su familia no se enfrentan solos a esta tragedia; un grupo de mujeres asumen su responsabilidad por esta niña como parte de la comunidad a la que pertenecen, al margen de instituciones y burocracias, recordándonos el inmenso poder que tenemos cuando asumimos nuestro verdadero papel; y todos los demás aprendemos que los actos inspirados y basados en el Amor a los demás son grandes, majestuosos, esperanzadores y sanadores. 


En una época de crisis, insultos, disparates, faltas de respeto y  pérdida absoluta de confianza en los que deberían servir a la sociedad pero están demostrando claramente que sólo se sirven de ella, la verdadera humanidad brilla aquí y allá, iluminada por las buenas personas que día a día viven mirando alrededor y tendiendo lazos de Amor con sus actos cotidianos. 


Gracias Alba, a ti y a todas las que estáis haciendo posible que la pequeña siga recibiendo leche humana, porque, al margen del objetivo concreto e inicial de vuestra acción, nos estáis mostrando el verdadero camino a seguir para todos. 

ARTEFACTOS PATRIARCALES: LA ESCLAVITUD DE LA TETA FRENTE A LA LIBERTAD DE LA MUJER CASTRADA.

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¡Ya estamos!

Esta mañana me he levantado prontito y al abrir el FB me he encontrado un nuevo post de Jesusa Ricoy en contestación a un artículo de El Paísescrito por la psicóloga Gloria Hurtado. No me he podido resistir a la mala idea de seguir el enlace que me proporcionaba Jesusa y que me ha llevado al artículo en cuestión. Mala manera de comenzar el día.

Ayer ya tuve un tropezón al acabarlo, cuando un post de Alba Padró me llevo a  otra "joya" literaria antilactancia escrita por Adriana Abenia, actriz y presentadora. 

Ambos escritos pueden enmarcarse dentro de todas esas reacciones inútiles para crear polémica sobre un tema que no la admite (1), pero mientras que Adriana Albenia es una atriz-presentadora sin la menor autoridad en este tema, lo que le da cierta libertad para escribir todas las tonterías que se le pasen por la cabeza, Gloria Hurtado es Psicóloga y feminista, lo que convierte en un gravísimo ataque a la lactancia y la maternidad frases como: 

La campaña prolactancia es muy importante, ni mas faltaba, pero no se puede ‘invisibilizar’ a la mujer madre para ponerla ‘al servicio’ de su hijo, ni desconocer el mundo psicológico donde la dependencia de un hijo a través de la lactancia hasta los dos años puede causar problemas insospechados."

"Tener un hijo no puede convertirse en una esclavitud donde la cultura patriarcal la ‘obliga’ a olvidarse de sí misma para que su hijo ‘la use’ cada que se le antoje. La lactancia impuesta es, psicológicamente, uno de los factores que más rechazo causa porque la maternidad vuelve a ser la cadena con la que se ‘detiene’ el mundo femenino. ¡Un hijo no puede ‘secuestrar’ a su madre a través de la lactancia!"

"¿Ayuda esa actitud a la lactancia? Qué injusta y patriarcal me suena la campaña prolactancia sin tener en cuenta a la mujer, su deseo, su necesidad, su ilusión y su propia vida. Si se piensa que un hijo es el rey de la casa y que todo gire en torno a él, ¿no fomentamos acaso la cultura de niños y adolescentes ‘igualados’ donde sus padres y el mundo ‘les deben’ porque siempre se satisfizo todos sus deseos? No sólo nos ‘alimentamos’ de leche materna. También el ánimo, la actitud y el respeto por la mujer-madre, se convierten en saludables vitaminas para el crecimiento integral."

¿Invisivilizar a la madre para ponerla al servicio de su hijo? ¿Que la cultura patriarcal - esta es especialmente impresionante - OBLIGA a la mujer a olvidarse de sí misma "para que su hijo la use"? ¿Que la campaña pro-lactancia es PATRIARCAL porque no tiene en cuenta EL DESEO de la mujer?

Me he quedado absolutamente impresionada. Todo el artículo se limita a un sólo concepto: la mujer esclava porque se ve obligada a amamantar por esos pediatras (hombres) tan patriarcales al "señor" "amo" y "opresor" que es su hijo. Que manera de tergiversarlo todo. Que manera de no entender NADA. Que manera de dañar, vapulear, ignorar y PATRIARCALIZAR nuestra sexualidad femenina. Que manera de venderse al patriarcado y contribuir a nuestra castración. 

No sé si será posible hacerle entender a la señora psicóloga Gloria Hurtado, y a todas las Glorias Hurtado y Adrianas Albenia que pululan por periódicos y revistas, que la lactancia es parte de nuestra sexualidad y por lo tanto nadie puede obligarnos a amamantar, de la misma manera que nadie puede obligarnos a tener un hijo o tener una relación coital. Pero, por eso mismo, es algo a lo que nosotras y nuestros hijos TENEMOS DERECHO. Un derecho que actualmente tenemos que defender con uñas y dientes PORQUE EL PATRIARCADO NOS LO HA ROBADO. 

El patriarcado, señora Gloria Hurtado, no es que nos esté obligando ahora a amamantar, no, sino que nos está obligando a maternar en unas condiciones en las que es imposible desarrollar nuestra sexualidad maternal. El patriarcado, señora Gloria Hurtado,  ha matado a la madre. No lo digo yo. Lo dice la gran Casilda Rodrigañez que no tengo ni idea de que licenciatura o doctorado tiene (o si tiene alguno) pero en la que he descubierto una lucidez, una genialidad, un realismo y un capacidad de ver, comprender y analizar que me han llenado de confianza y pura felicidad al poner palabras a mis sentimientos y deseos. 

Todo el artículo de la psicóloga está sumergido en el patriarcado: madre "al servicio" del niño, madre "esclavizada", madre "obligada", mujer "secuestrada".... todos conceptos de dominio, poder, servidumbre y dominación. ¡Patriarcado puro y duro!

¿Como hacer entender a estas mujeres castradas que la sexualidad maternal existe? ¿Como hacerles entender que les han robado una parte de sí mismas, a ellas y a sus hijos? ¿Como hacerles entender que la entrega al ser amado no es ni servidumbre ni sacrifico y que es mutua? ¿Como hacerles entender que el deseo maternal satisfecho es puro placer para la madre y para la criatura? ¿Como hacerles entender que una de las herramientas más potente del patriarcado para establecer su domino ha sido precisamente la castración de la sexualidad maternal?

¿Pueden, por favor, dejar de hablar de esclavitudes, secuestros, obligaciones y servidumbres y pasar directamente a trabajar para conseguir unas condiciones donde las mujeres decidamos libremente ser o no madres y, las que decidimos ser madres, podamos serlo y ejercerlo PLENAMENTE en una sociedad que reconozca y respete nuestra sexualidad y nuestro deseo maternal?

A todas/todos estas/estos periodistas, psicólogos y psicólogas, pediatras, psiquiatras y hasta actrices, actores o presentadores de radio y televisión, que tan interesados están en "liberarnos" atacando la lactancia materna e ignorando nuestra sexualidad maternal: ¿Les importaría dar de una vez un paso hacia adelante para salir del debate inútil que no lleva a ningún sitio y así conseguir avanzar en la dirección que todos necesitamos?






Precisamente y hablando sobre sensualidad y placer os recomiendo leer el último post de Ser Mamás: "Lactancia: la otra liberación"


Y, justo hoy, Ileana de Tenemos Tetas ha publicado un post  que llevo esperando desde hace tiempo, al que  tenía muchas ganas y que enlaza perfectamente con este post mío de hoy: "Por qué el método Estivill tiene adeptos" ¡No os lo perdáis!

Y por supuesto, a nuestras queridas Dra Pastelina y Lady Vaga se lo han puesto en bandeja de plata. Si queréis reíros con ganas os invito a leer sus últimos post: "Hacer el amor con equilibrio" y "De tetas, fluidos y derrapes mentales".

LA IGNORANCIA ES MUY, PERO QUE MUY, VALIENTE..... Y PELIGROSA

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O al menos eso pensé yo cuando hace un par de días era testigo de una batalla internauta entre la autora de un artículo publicado en la web "Vida lúcida" - artículo que afortunadamente ya ha sido sacado de circulación - en el cual siguiendo a unas críticas bastante razonables a la leche de fórmula se encontraban unas cuantas peligrosas recetas para alimentar lactantes de manera "natural", "ecológica" y "orgánica". 

No voy a repetir aquí ni la multitud de sandeces ahí expuestas, ni las razonables y muy bien documentadas respuestas de diferentes especialistas en lactancia materna como Alba Padró (IBCLC), el Comité de lactancia materna de la AEPED, el doctor José María Paricio, y el doctor Adolfo Gomez Papí, (estos tres últimos a través de  Por un parto respetado) ya que todas ellas las podéis encontrar en los enlaces adjuntos. También os recomiendo leer, como no, los dos post escritos especialmente para la ocasión por nuestra reverenciada Lady Vaga (1, 2), más que nada para que cambiéis el mal cuerpo que deja todo este asunto por una sana carcajada de alivio, al saber que semejantes barbaridades fueron cortadas de raíz por todas las personas antes mencionadas y muchas más, que escandalizadas y enfadadas se dedicaron durante varias horas a tratar de informar a la inspirada escritora (bastante cabezota por cierto ya que no había manera de que bajara del burro y llegó a mostrarse sumamente desagradable con nuestra querida Alba, de todas conocida por su labor a favor y en defensa de la lactancia).

Y, visto lo acontecido, me gustaría hacer una reflexión sobre lo que ha pasado, que no es sino una pequeña muestra de lo que supone la oportunidad que internet nos ofrece de dar y recibir información, al mundo y del mundo, sin filtros de por medio. Hoy cualquiera puede escribir lo que le parezca y su obra podrá ser expuesta para el resto de la humanidad en cuanto lo cuelgue en donde quiera o pueda.

Y esto, que indudablemente tiene muchos pros, también tiene importantes contras. Se acabaron los tiempos en los que unos filtros, más o menos objetivos, apolíticos, científicos o neutrales, decidían lo que leeríamos. Ahora todo está al al alcance de todos. Y así, al lado de la obra de maravillosos y verdaderos especialistas y de publicaciones de altísima calidad en todos los sentidos, nos encontramos verdaderas bazofias llenas de mentiras, imprecisiones, fantasías y, sobretodo cuando a salud se refiere, peligrosas pseudo teorías científicas que se venden con convicción pero sin ninguna base seria que las sostenga.

Así que se acabó el papel de relajado y tranquilo lector que se traga todo lo que lee porque está seguro de que si lo está leyendo es porque otros han comprobado la veracidad de la información. Para bien o para mal ahora nos llegará a nuestra retina de todo. Y ha llegado la hora de afilar nuestro sentido crítico, de informarnos y actuar nosotros solitos de filtro. Se acabó la comodidad.

Personalmente lo tengo muy claro: no me creo nada que me intenten hacer creer como un acto de fe. Si un post hace referencia a un artículo científico, quiero la referencia para comprobar por mi misma el trabajo original, su calidad, la revista donde se publica, sus autores, sus métodos y sus resultados desnudos. No me sirve de nada que me digan que tal o cual receta o ideología o hipótesis o teoría la apoya el gran fulanito/a de tal, si no conozco al tal fulanito/a y no tengo claras referencias de él/ella (entre otras cosas su formación, experiencia y publicaciones). A veces, el simple método de exigir claramente las fuentes originales de donde en teoría se saca la información expuesta, es suficiente para desenmascarar a los valientes ignorantes que, como es el caso, van difundiendo peligrosas ideas sobre la salud del prójimo.

La situación actual no es nada fácil pero, sinceramente, es extraordinariamente estimulante. Me siento ante esta pequeña máquina de apenas un par de kilos y tengo el mundo expuesto ante mí, con sus ideas brillantes, sus locuras, sus majestuosidades y sus miserias. Cada día, al encender el ordenador, se abre ante cada uno de nosotros una enorme ventana de posibilidades cuyo manejo requiere que asumamos la enorme responsabilidad de informarnos para poder discernir el diamante de la burda porquería (que desgraciadamente abunda).

Lo que ha ocurrido con el post de Vida Lúcida ha sido muy interesante. Un artículo lleno de falsedades y peligroso para la vida de los lactantes ha sido fulminantemente atacado con el resultado de que tuvo que ser retirado. Esto es bueno, muy bueno. Con una buena dosis de  información y educación, además de un poco de suerte para que la información falsa haya caído a tiempo en manos de las personas que la pudieron rebatir con autoridad, la realidad ha acabado por imponerse. Por desgracia esto no siempre es así, y por la red siguen colgados infinidad de posts y artículos tan llenos inexactitudes y falsedades que cualquier parecido con la realidad es pura casualidad.

Así que todos mucho ojo. Contrastar, profundizar, analizar, consultar a especialistas y hasta denunciar si se hace necesario, es de obligación para todos los que cada día nos sumergimos en la web buscando la información que nos interesa para nuestras vidas.

Prohibido ser ingenuo, ignorante y crédulo. Nos llegó la mayoría de edad.




LA METIÓ HASTA LA INGLE, MI QUERIDO DOCTOR ESTIVILL

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Imagen tomada de El País
Pues sí. Y mirad que no quería dedicar tiempo a escribir sobre ello, pero es que ¿Quién se calla ante semejante despropósito?

Así que me vais a permitir que deje descansando un concienzudo trabajo al que estoy dedicando muchas, pero que muchas, horas las últimas semanas y que será algo mucho más efectivo contra la manipulación y las mentiras que este breve pero placentero pataleo que le dedico a mi, ya hasta querido (que se le va a hacer), Estivill.

Y es que es seguro que todos vosotros ya habréis leído aquella entrevista en El País, donde Estivill escribió que su método estaba diseñado para niños mayores de 3 años. Y también es seguro que fuisteis testigos de como la red "se colapsó" de artículos y respuestas reaccionando a semejante declaración. Declaración que nos tomamos como un gigantesco paso atrás de Goliat.

Pero no.

Por lo que parece (¡Ay, ay, ay!) sólo se trató de un "lapsus". Nuestro doctor se equivocó y cambió meses por años. Menuda metedura de pata. Así que, silenciosamente, ha cambiado la respuesta original que actualmente podemos leer así:

"He leído el libro "Duérmete niño", y tengo la duda de a qué edad se debe empezar a aplicar el método que propone. En un recién nacido con lactancia materna a demanda, ¿cómo es posible conjugarla con el método?

Recientemente hemos publicado el libro 'A dormir', que es la actualización de los conocimientos sobre el sueño de los niños. En él, explicamos unas normas para enseñar a dormir a los niños correctamente respetando la lactancia materna, de hecho los estudios científicos que hemos publicado en la revista española de pediatría han sido realizados en niños con lactancia materna a demanda. En el cerebro de los niños existe un grupo de células que es nuestro reloj biológico. Es el que nos indica que hemos de dormir de noche y estar despiertos de día. Como otras estructuras del cerebro de los niños, este reloj biológico es inmaduro al nacer. Por esto los niños duermen a trocitos y no pueden dormir de un tirón las horas nocturnas hasta los seis meses de edad. Las normas que explicábamos en 'Duermete niño' eran para los niños a partir de los tres meses que tenían el denominado 'insomnio infantil por hábitos incorrectos'. Estas norma no pueden ser aplicadas en los niños más pequeños por esta inmadurez de su reloj biológico. Hay que realizar otras rutinas respetando la lactancia materna a demanda para ir enseñando a este reloj biológico a sincronizarse con el medio ambiente y así llegar de seis meses con un sueño nocturno adecuado de unas once horas y tres siestas diurnas: una después del desayuno, una después de la comida y una después de la merienda. En nuestro libro 'A dormir' explicamos estos nuevos conocimientos científicos y damos las pautas adecuadas para que el niño, siguiendo la lactancia a demanda, pueda ir estructurando adecuadamente su sueño."

Ahora el doctor Estivill ya nos puede acusar a sus detractores de no saber ni leer, ya que no ha quedado prueba escrita de su "lapsus" anterior, al menos si nadie ha tenido la genial idea de hacer una captura de pantalla hace unas semanas, cuando lucía con todo su esplendor la respuesta original.

También parece evidente que todo se trató de un pequeño lapsus, ¿quién no lo tiene?, al cambiar dos palabras: meses por años. Además, y todo sea dicho, a mí el texto me parece ahora más coherente, después de haberme pasado los dos últimos meses buscando y  leyendo la bibliografía científica que hay sobre el tema.

Peeeeeerooooo....... Hay un pequeño detalle, pequeñísimo detalle si se quiere, que a mí me hace sospechar que el doctor Estivill no tiene tan claras las cosas en cuanto a asuntos de edades se trata. Que su lapsus no fue tal, y que ese cambio de meses por años es un chapucero borrón al notar su error. Este detalle es precisamente esta frase que he resaltado en el texto anterior:

"Las normas que explicábamos en 'Duermete niño' eran para los niños a partir de los tres meses que tenían el denominado 'insomnio infantil por hábitos incorrectos'"

Pues no puede ser, porque tanto en la  Clasificación Internacional de los desórdenes del Sueño -2 (ICSD-2), como en todos los artículos que he leído sobre el tema, se dice que el diagnóstico de "Insomnio infantil por hábitos incorrectos" no se da antes de los 6 meses, dado el natural desarrollo del sueño en el bebé. Por poner un ejemplo os cito textualmente a la doctora  Meltzer (Meltzer LJ. Clinical management of behavioral insomnia of chilhood: treatment of bedtime problems and night wakings in young children. Behavioral sleep medicine 2010; 8: 172-189)

"......because the ability to "sleep through the night " develops between 3 and 6 months, a diagnosis of BIC-SOA is not appropriated before 6 months of age."

"....debido a que la habilidad de dormir toda la noche se desarrolla entre los 3 y los 6 meses, un diagnóstico de BIC-SOA no es apropiado antes de los 6 meses"

BIC-SOA son las siglas de "Behavioral insomnia os chilhood" (BIC) tipo "Sleep On set association disorder" (SOA), o sea,  lo que en español correspondería al "Insomnio infantil por hábitos incorrectos" debido a "desorden por asociaciones  para el principio del sueño". Y es que el BIC tiene otras dos manifestaciones clínicas, en las que no voy a entrar ahora en detalle (todo se andará), pero que tampoco se presentan en bebés menores de 6 meses. La doctora Meltzer nos informa en su revisión que ocurren generalmente en niños en edad preescolar y escolar, por lo que no son aplicables a bebés menores de 6 meses.

La Clasificación Internacional de los desórdenes del Sueño -2 (ICSD-2) dice textualmente:

"Because children are not expected to sleep through the night with regularity until they are three to six months of age, six months is a reasonable age to first consider this disorder, unless the sleeplessness is very marked at early age."

"Como no esperamos que los niños duerman con regularidad toda la noche hasta que tengan de 3 a 6 meses de edad, 6 meses es una edad razonable a partir de la cual considerar este desorden, a excepción de que la falta de sueño sea muy marcada antes de esta edad"

Puedo imaginarme que la última frase de este párrafo de la ICSD-2 le servirá al doctor Estivill para agarrarse con uñas y dientes y salvar sus declaraciones. Pero, francamente ¿Cuantos bebés sufrirán tal falta de sueño como para considerar, excepcionalmente, que sufren este desorden antes de los 6 meses? ¿Será que el "Duérmete niño" está dirigido a estos bebés que en el fondo son sólo una excepción? Pues algo hemos entendido mal nosotros, ignorantes madres y padres, porque del librito en cuestión se han vendido millones de ejemplares y se ha aplicado a todo tipo de niños, siguieran o no el restrictivo criterio para diagnosticar un verdadero BIC.

Que no, doctor Estivill, que no cuela. Que se le ha visto el plumero y un borroncito de nada no nos va a engañar.

Y ahora yo sigo con mi proyecto de desenmacarimiento a base de información y formación porque no hay nada como ambas cosas para evitar la manipulación y las mentiras.

En breve os lo presentaré

¡Hasta la vista amigos!


¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

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(Nota: la foto resulta tan dura que no soporto verla constantemente aquí. Disculpadme. Os pongo el enlace para que entendáis el origen de este post y la veáis si queréis. Os advierto que es terrible. Creo que es necesario que todos nos enfrentemos a esta realidad y dejemos de ignorarla para que pongamos nuestro granito de arena, que seguro todos podemos poner uno, para que esto nunca ocurra. NUNCA MÁS.)

¿Que pasa mamá? (¿Por qué lloras delante del ordenador?)

Porque el niño ha muerto, hijo, y los niños no deberían morir

¿Por qué ha muerto?

Porque tiraron una bomba en su casa, la casa se hundió y lo aplastó. Es una guerra. En las guerras muere gente, mueren niños. Y los niños no deberían morir nunca.

¿Por qué?

Porque tenéis toda la vida por delante y sois inocentes de todo

¡Quítalo mamá! Quita la foto de ahí para que no llores

Es que aunque la quite esto no habrá dejado de ocurrir hijo.

Me gustaría poder decirle que puedo "quitar" estos hechos. Me gustaría poder decirle que puedo hacer que esto no ocurra nunca, jamás. Pero no puedo. 

¡Maldita sea! 

¡No puedo!


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